LA AUTOBIOGRAFÍA DE ANCELOTTI (I)
"En 2006 acepté una oferta del Real Madrid pero no pude ir"
En 2010, el nuevo técnico madridista escribió un libro sobre su vida futbolística ('Prefiero la Copa: vida, partidos y milagros de un genio normal') con la ayuda de Alessandro Alciato.
"Eres el mejor...". "En 2006, acepté una oferta del Real Madrid. Y, he de reconocerlo, no fue una decisión difícil. Una perspectiva maravillosa, la fragancia de la vida. Aún no habíamos ganado en Atenas (se refiere a la final de la Champions 2007, su segunda como técnico, que ganó por 2-1 al Liverpool) pero el Madrid había entendido cómo iba el Milán: 'Te queremos, eres el mejor'. El Mejor, porque el título de The Special One ya estaba cogido, José Mourinho se lo había quedado. Me daba curiosidad saber lo que sería estar en un banquillo normal, sin vibraciones bajo mi culo. Vinieron y firmé con alegría. Un precontrato por tres años y cinco millones de euros cada uno, casi el doble de lo que ganaba en Milán".
Cena con Ramón Martínez. "Durante las negociaciones no conocí a Florentino Pérez, pero sin duda él fue el que sugirió mi nombre. El jefe (lo escribe en español) de todo, el segundo Rey de España tras Juan Carlos. Hizo la lista de la compra y yo era el primer nombre, excitante. La reunión decisiva fue en una cena en Milán con Ramón Martínez, el director deportivo madridista por aquel entonces. Pasamos un par de horas hablando de jugadores y de por qué me eligieron: 'Nos gusta tu manera de manejar tu equipo, cómo piensas en el fútbol, eres lo que necesitamos'. Pero había un problema: mi contrato con el Milán. 'Si me liberan de mi contrato, no hay problema, soy vuestro, pero no quiero forzar una pelea con mi club actual', respondí".
Firma al grito de "¡Olé!". Hablé con otra persona del Real Madrid, José Ángel Sánchez, el hombre que estaba a cargo de los contratos, el que acarrea los doblones y las grandes decisiones. Todos estábamos de acuerdo: iba a ser el nuevo entrenador. 'Ancelotti, en dos horas le enviaremos un fax a su oficina de Milanello'. Les respondí que mejor a mi casa. La escena podía ser de película de terror: los muros de Milanello cayéndose, las fotos de Berlusconi, las mías, según iban saliendo los papeles por el fax... Llamen a un exorcista. No, mejor evitar ese escenario. Me mandaron el fax a casa. Seis hojas de papel, simple, sin el logotipo del Madrid. Estaba todo lo que me habían prometido. No les pedí la luna, pero casi. Y mantuvieron su palabra. Nunca lo había dudado. Lo firmé y se lo envié diciendo ¡Olé! En el contrato había una cláusula en la que yo insistí: 'Sólo será válido si el Milán da su consentimiento".
Galliani le para los pies. "Llamé a Adriano Galliani (vicepresidente del Milán) y le v en sus oficinas. Ahí, él juega en casa. 'Está fuera de debate', me dijo. '¿Perdón?'. 'Te quedas aquí y amplías tu contrato, Carletto. Has hecho un gran trabajo, no puedes irte'. 'Viendo cómo están las cosas, señor Galliani, estaré encantado de continuar', dije yo. Llamé al Madrid y se lo conté. 'Galliani me dijo que no puedo aceptar vuestra oferta. Pero gracias, ha sido un honor'. Aún tengo en casa guardado en una caja aquel precontrato, junto a mis cosas más importantes. Todo un souvenir de un periodo adrenalítico".
Florentino, profeta. "Desde entonces, ha habido numerosos contactos con Florentino. Hemos charlado y cambiado impresiones. Le respeto. Él ama al Madrid. Nos gusta el fútbol, amamos la vida y entretener a la gente. La última vez que hablamos me dijo una cosa en especial: 'Carlo, un día serás mi entrenador'. Siempre me dice esa misma frase. Mientras tanto, ha tenido que soportar su propio pecado: trabajar con Su Especialidad (se refiere a Mourinho)...".