6.000 policías militares y 5.000 agentes blindarán Maracaná

El estadio de Maracaná será un fortín custodiado por 11.000 personas de seguridad en la final de la Copa Confederaciones entre Brasil y España. Las protestas sociales de las últimas semanas continuarán mañana por las calles de Río de Janeiro y las autoridades policiales quieren mantener el orden alrededor del estadio carioca con 6.000 policías militares, quintuplicando los efectivos enviados al primer partido de la Confederaciones en Maracaná (1.200) entre México e Italia.

11.000 personas de seguridad entre policía militar, guardia municipal, policía federal, civil y agentes de la fuerza nacional de seguridad para controlar a las dos aficiones y evitar que las marchas, de carácter pacíficas como aseguran los activistas, lleguen hasta las inmediaciones del estadio como tienen pensado. “Será el quinto acto que hagamos en el estadio. No queremos entrar en conflicto con la policía. Esperemos que no haya bloqueos y que la policía garantice la seguridad de las personas que se manifiesten”, dice Renato Cosentino, uno de los integrantes de los movimientos.

Las solicitudes de Cosentino cayeron en saco roto ya que horas después la policía militar de Río de Janeiro anunció que a las 14:00 horas del domingo (cinco horas antes del inicio del partido) se cerrarán las inmediaciones de Maracaná. Sólo pasarán aquellas personas que tengan entrada.

Por eso los manifestantes contraatacarán reuniéndose cuatro horas antes en una plaza cercana al estadio (Saens Peña) para intentar llegar al campo que albergará la final de la Confederaciones.