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Objetivo indiscreto

Maneras de reaccionar al éxito: de Sergio Ramos a Arbeloa

El gol de Navas fue festejado de diferentes modos por los internacionales españoles. Hay que tener en cuenta que la emoción con agujetas resulta algo menos expresiva.

Maneras de reaccionar al éxito: de Sergio Ramos a Arbeloa

Hay agraciados con el Euromillón que reaccionan con frialdad y los hay que se arrojan a la fuente más cercana o a la vecina más próxima. Hay quien llora con su primer hijo y hay quien lo hace con su primer yerno. El tiempo de reacción de Bolt en los Juegos de Londres fue de 0,146 segundos. Se dice que los porteros han de moverse en 0,2 segundos si quieren atrapar un penalti a 80 kilómetros por hora (velocidad media). Otros necesitan 24 horas para reaccionar al bang. Breitner, que marcó un gol de penalti en la final del Mundial 74, fue presa de un ataque de pánico cuando un día después el lanzamiento iba a ser repetido por televisión. No pudo verlo.

La imagen superior, la alegría por el gol de Navas, no sirve como medidor de sentimientos (la procesión va por dentro), pero sí de emociones y tiempos de reacción. También como test de cansancios. Mientras Sergio Ramos toma la delantera en la carrera hacia su amigo y protegido (Navas y él se conocen desde los 14 años), Arbeloa, en segundo plano, se limita a levantar los brazos. Lo mismo hizo Piqué (fuera de foco). ¿Desapasionados, poco comprometidos? No, en absoluto. Probablemente agotados y seguramente víctimas de su propio racionalismo. No olvidemos que Piqué tiene un cociente intelectual de 140 (a partir de 130 se habla de superdotados) y tampoco pasemos por alto que la Confederaciones es algo más que un Carranza, pero bastante menos que un Mundial. Tampoco despreciemos un último elemento: Shakira estaba en la grada y no es frecuente que los hombres se achuchen cuando sus mujeres observan.

Energía. Si centramos la cuestión en la fuerza física nos queda claro que Ramos podía haber jugado otro par de horas. También Busquets e Iniesta tenían energía para más, igual que Javi Martínez o Mata, refuerzos en la prórroga. Quién sabe si la imagen no descubre a cinco titulares para mañana (incluido el doble pivote); quién sabe si no apuntará al descanso de Xavi.

No se detectan fantasmas en la foto (ni marginación de Arbeloa ni pasotismo de Piqué): sólo hay diversas personalidades y diferentes grados de agujetas. Tiqui-tacas al margen, el éxito de la Selección ha sido unirse desde la variedad, conquista insólita en nuestro devenir histórico. Sentados, de pie o en salto carpado, el jueves todos fuimos España. Y mañana, también.