ESCASA ASISTENCIA A LOS CAMPOS
Un Mundial Sub-20 fantasma
Una semana de competición ha sido suficiente para comprobar el poco arraigo de los turcos con el Mundial Sub-20 que se está disputando en su país.
Los gritos y las conversaciones entre jugadores se escuchan en el Ali Sami Yen, en Estambul, durante los partidos: "¡Jesé, ayuda en defensa!", "¡Derik y Puerto, sacad al equipo de atrás!", "¡El 10 está muy solo!"... Lo que suele ser un torneo de mucha repercusión allí donde se celebra, un Mundial Sub-20 mediante el que disfrutar de las futuras estrellas, está pasando sin pena ni gloria por Turquía. No hay gente en los estadios, no hay repercusión mediática, no se siente la atmósfera que lo rodea paseando por la calle o hablando con los aficionados. Hay muchos que ni siquiera saben de su existencia. Preguntan incluso en qué campos se juega y qué países lo disputan. Tal cual.
Los datos están ahí para corroborarlo. Los 4.836 espectadores de media en la primera semana de competición están muy lejos de los últimos Mundiales celebrados en Colombia (25.191), Egipto (24.860), Canadá (22.987) y Holanda (10.667). El problema no es el precio de las entradas, relativamente baratas de 8 a 20 euros, ni de los esfuerzos de la FIFA porque todo salga bien en cuanto a organización y seguridad se refiere. El problema, más bien, es de arraigo entre la gente y los aficionados. El problema es de calado.
Durante estos días, las únicas informaciones deportivas en Turquía hablan de la sanción que la UEFA ha impuesto a Besiktas y Fenerbahçe, además de cómo afectará este hecho a la política de fichajes de ambos clubes. Se emiten los partidos de la Copa Confederaciones a través de la TRT1, la televisión nacional, y sólo alguno del Mundial Sub-20 tiene hueco en la TVT3 Sport, aunque son los menos. Ningún telediario dedica tiempo al torneo en los deportes.
Estadios vacíos. Tampoco ayuda a que la imagen sea otra que los escenarios escogidos por la FIFA para albergar encuentros sean como siempre, los más amplios y ambiciosos de entre los que dispone. Reducir a 4.100 personas la afluencia al Ali Sami Yen, con capacidad para 52.000, lo convierte en un lugar desangelado, fantasmagórico. "Calculábamos que irían 25.000 espectadores. Estamos en las previsiones más pesimistas", cuentan desde el comitéorganizador.
La imagen de indiferencia que se está proyectando con este Mundial tampoco ayuda a la candidatura de Estambul de albergar los JJ OO de 2020. En la cita olímpica habrá disciplinas bastante más minoritarias que el fútbol Sub-20, por lo que el sentir entre los miembros de la candidatura es de absoluta preocupación.
Turquía vive días de mucha agitación social. Las protestas por la construcción de un centro comercial en la Plaza Taksim, en Estambul, han derivado en fuertes enfrentamientos con la policía y son ya muchas las ciudades a las que se ha traspasado esta reivindicación, dirigida directamente contra la figura del primer ministro turco, Tayyip Erdogan. El pasado fin de semana volvió a haber altercados en el centro de Estambul con motivo de manifestaciones espontáneas que fueron disueltas por la fuerza. En este contexto, es muy difícil pensar en deporte o en fútbol. La gente quiere solucionar cuanto antes el problema que le atañe y que ocupa la gran parte del tiempo en la televisión y en las radios. La FIFA emitió un comunicado antes del Mundial garantizando la seguridad para los participantes y aficionados que siguieran el torneo. Así ha sido y de momento no ha habido problemas, pero lo que está claro es que no parece el mejor lugar ni el mejor escenario para llevar a cabo un campeonato como este.