Ghana: las sospechas en la edad de los jugadores son frecuentes

Sai, portero, 17 años; Nketiah, lateral derecho, 18; Ofori, lateral izquierdo, 17; Odjer, mediapunta, 16... Y así un sinfín de nombres y datos sobre los jugadores ghaneses que sorprenden. No es la primera vez. La edad de los futbolistas africanos en este tipo de torneos siempre levanta sospechas. Ha habido repetidos casos, sobre todo en fases de clasificación, en los que se descubren errores. Es difícil pensar que sean malintencionados, más bien son propios de países burocráticamente poco desarrollados, pero son errores al fin y al cabo.

Para evitarlos, la FIFA aplica desde 2001 un sistema que mide la edad exacta a través de los huesos de la muñeca. La edad ósea es la única que después, mediante una tabla, es capaz de medir la cronológica. Este atlas fue creado en 1959 por los científicos Greulich y Pyle, que le dieron su nombre. No son necesarias pruebas de ADN. Simplemente basta con medir los huesos y compararlos luego. De esta manera se terminó, curiosamente, con el monopolio en los 90 de los equipos africanos en Mundiales Sub-17 y Sub-20.

Pese a ello, los controles son aleatorios y sólo afectan a un número determinado de jugadores. El deseo de muchas selecciones es que antes de cada torneo todos los participantes se sometieran a los exámenes. Pero no es así. Y de ahí que se mantengan las dudas.