Copa Confederaciones | Seguridad
Blindaje en el estadio de Maracaná contra los indignados
Casi mil policías tomaron las calles aledañas al estadio de Maracaná para evitar que la protesta de los indignados fueran recogidas por la prensa internacional.
Casi mil policías tomaron las calles aledañas al estadio de Maracaná, en la zona norte de Río de Janeiro, para evitar que la protesta de los indignados fueran recogidas por la prensa internacional que acudió al España-Tahití.
Los agentes cortaron las avenidas Radial y Maracaná, los viaductos Oduvaldo Cozzi y São Cristóvão (el barrio en el que creció Ronaldo), el paseo Professor Manoel de Abreu y las calles Mata Machado y Waldir Amaral, todas ellas colindantes con el estadio brasileño. Pese al perímetro de seguridad, algunos manifestantes llegaron a las proximidades de Maracaná, aunque el epicentro de las protestas no pudo alcanzar su objetivo que era tener la mayor cobertura internacional. Las Fuerzas de Seguridad brasileñas se emplearon a fondo para impedir que los manifestantes pudieran superar los cordones policiales. El Movimiento Passe Livre, el mayoritario en las organizaciones que protestan en todo Brasil por el gasto público en la Confecup, el Mundial y los Juegos y la poca inversión en gasto social (sobre todo en educación y sanidad), anunció minutos antes del partido que proseguirá con las protestas en los próximos partidos de la Confecup. Según un portavoz del grupo "una final entre España y Brasil sería una gran ocasión para dar a conocer al mundo nuestras quejas". Blatter, presidente de la FIFA, ya avisó que "estos movimientos sólo tratan de aprovechar el seguimiento mundial del fútbol para hacer publicidad de sus problemas".