Ahora toca el Mundial de Turquía

La suave brisa del Bósforo se cuela entre los vomitorios del Ali Sami Yen, escenario de lujo para dar el pistoletazo de salida a un Mundial Sub-20 en el que España tiene cosas que decir. El optimismo generalizado que existe hoy en día en España con La Roja se mantiene al analizar a esta generación, brillante como las anteriores aunque sólo sea por el nombre de algunos de sus puntales.

Puntales como Jesé, como Deulofeu, como Óliver, como Suso, como Manquillo, como Saúl, como Denis Suárez. Jugadores que ya suenan familiares, aunque sea por el cegador brillo que les acompañó en sus primeras apariciones por el fútbol de élite. Hay talento entre todos ellos como también entre el resto de convocados, un elenco de jugadores cuya ilusión es alcanzar el título mundial dentro de exactamente 21 días. La hazaña requiere una exigencia máxima. No en vano, sólo los Casillas, Xavi, Marchena y compañía consiguieron realizarla en Nigeria 99.

El debut. Para ello será fundamental dar pequeños pasos y no grandes saltos. El primero es el que le mide a Estados Unidos, un país en claro auge futbolístico y con un reseñable trabajo de cantera. Algunos de sus talentos han emigrado a México y Europa y eso ha servido para potenciar definitivamente un deporte hasta ahora minoritario. No hay más que ver su alineación para comprobar la importancia de las raíces latinas en el soccer. Ahí están los Joya, Villarreal, Rodríguez, Torre, Ocegueda o Luis Gil para confirmarlo.

España es consciente de esta mejoría y pondrá lo mejor de sí misma para empezar con buen pie un duro grupo en el que después le esperan Ghana y Francia, casi nada. Lopetegui cuenta con la reseñable ausencia del portero titular Kepa, lesionado, y planea para el estreno colocar un doble pivote muy equilibrado con Campaña y Saúl para dar total libertad al cuarteto de artistas del ataque: Deulofeu, Suso, Óliver y Jesé. Un equipo y un solo objetivo: ahora toca el Mundial.