ITALIA 4 - JAPÓN 3
Un soberbio Japón olvida que Italia sigue teniendo siete vidas
Exhibición de los nipones, que llegaron a dominar el partido por 2-0. Un desmayo de once minutos permitió la remontada azzurra en un partido loco que decidió Giovinco.
Prandelli pretende una Italia más acorde a los tiempos (que los marca España), pero ha ido acortando las marchas en esta Confecup y ha acabado por meter la pata. Ante México se ahorró el segundo punta, El Shaarawy. Ante Japón cambió un llegador, Marchisio, por un armador, Aquilani, vencido a la derecha y sin oficio ni beneficio. Todas sus decisiones alejaron al equipo de Balotelli. Y Japón, que aún no es imperio naciente, resultó un tren bala, a mayor gloria de Zaccheroni, que conocía bien el temario. Pero se ausentó 11 minutos y perdió el triunfo que debió embolsarse. Fue la suya una eliminación grandiosa.
Pirlo quedó emparedado en la primera presión nipona e Italia fue un alma en pena ante un adversario vigoroso y entusiasmado, con Kagawa sintiéndose el centro del partido y hasta del universo. Y su selección llegó por tierra, mar y aire ante una defensa impostora. De Sciglio regaló el penalti del 0-1. Chiellini y Montolivo permitieron el 0-2. Defender así resultó insólito para una selección que vivió siempre de su blindaje.
Con el agua al cuello, y antes de la media hora, llegó Giovinco y cambió el viento. Siempre es mejor poner a los mejores. De Rossi metió un gran cabezazo para recortar y Giaccherini topó con el palo. A partido desbocado Hasebe y Endo se sintieron náufragos. Fueron minutos de harakiri para Japón, que regaló el empate en un error grueso de Yoshida que Uchida convirtió en autogol y el 3-2, en penalti para el debate de Hasebe. Un desmayo breve pero fatídico que precedió a otra brutal carga nipona, que le dio para empatar de nuevo, y un tiroteo final en el que quien mató, en pies de Giovinco, fue Italia, que siempre tendrá siete vidas. Falta le harán ante Brasil en busca del primer puesto.