EUROPEO SUB-21 | ESPAÑA 3 - NORUEGA 0
Isco guía a España hasta la final
La Sub-21 ganó a Noruega con tantos de Rodrigo, Isco y Morata, los de estos dos últimos golazos, y se enfrentará el martes a las 18:00 contra Italia.
Isco desplegó todo su repertorio de trucos de magia y con él España voló hacia la final de la Eurocopa. Hubo que superar un escollo tan desagradable como el del conjunto noruego, que presionó sin descanso todo el choque hasta llevar al límite el nivel de madurez y control mental de los jugadores de Lopetegui. Fue el rival complicado que se presagiaba. No se parapetó al borde del área, sino que adelantó mucho la presión y superpobló el centro del campo, justo el campo de trabajo habitual de los jugadores españoles.
Tácticamente, el choque obligó a sacar lo mejor de sí mismos a Koke, Thiago e Illarramendi, los tres mediocentros. Cuando uno venía a recibir, los otros se liberaban; cuando uno apoyaba en corto, los otros iban al espacio descolgándose. Fue la única manera de zarandear a un rival rígido y robusto. Y también fue la única manera de que cuando Isco recibiera lo hiciera donde su veneno es letal. El malaguista convirtió en arte cada balón que tocó. En los primeros minutos hizo dos recortes con los que detuvo la rotación de la tierra, aunque sus disparos se marcharon fuera o se toparon con el portero Nyland, inmenso.
La jugadas a balón parado, aunque pudiera parece lo contrario por la mayor estatura noruega, también sonrieron a España. Tello se encontró con dos rechaces que pudo convertir en gol e Illarramendi hizo lo propio en otro, aunque apareció Nyland de entre la maraña de defensas para salvar a su equipo. La Selección dominaba, de forma más continuada que peligrosa, pero con eso le bastaba. Tello gastó su sprint de cada partido en una buena internada sin final feliz y Rodrigo probó el aperitivo del gol con un tiro mordido que chocó mansamente con el poste.
El partido estaba tan comprimido que necesitaba aire por algún sitio. Y el aire, el que suelen tener los campeones, llegó al borde del descanso. Otro córner, otro balón suelto en una jugada a balón parado, cayó en los pies de Rodrigo, que se quitó un peso de encima marcando su primer gol del torneo y su 15º en 15 partidos con la Sub-21. El goleador de este equipo apareció cuando más se le necesitaba.
El tanto templó los ánimos y despertó el de los noruegos. Lo normal en cualquier otra situación hubiera sido mantener el balón y tratar de moverlo de lado a lado hasta encontrar la oportunidad de sentenciar. Pero era una semifinal y en las semifinales quien arriesga de más lo acaba pagando. Noruega asfixió la salida de balón y obligó a España a ser tan madura como en los partidos anteriores, sin conceder errores, sin permitirse licencias. Las únicas fueron un par de cabezazos de Strandberg que cogieron a contrapié a De Gea.
Así, no hubo un desenlace nítido hasta que Isco se encargó de aclararlo. Casi al final, aprovechando una buena asociación con Muniain y Morata, levantó la cabeza al borde del área, paró el espacio y el tiempo, y marcó de puntera y tras un amago uno de esos goles reservados a los genios. Porque Isco lo es. Vaya que si lo es. El trabajo estaba hecho y faltaba poner la rúbrica, que llegó en los pies de Morata, quién si no, en la última jugada. España está en la final y su futuro, el de la Sub-21 y el del fútbol nacional, en manos de Isco. No hay mejor noticia en estos momentos.