Laporta recordaba esos días en TV3. "Daría lo que fuera para que volviesen esos tiempos y que todo estuviera tal y como estaba entonces. No le tengo rabia a Rosell".
Hoy hace diez años que Laporta ganaba las elecciones al Barcelona encabezando una directiva formada por un grupo de jóvenes profesionales que rompían moldes en el mundo del fútbol. Era una generación de gente muy preparada, con idiomas, empresarios de éxito que venía a dar "los mejores años de su vida por el Barça". Forjados en la oposición al nuñismo le dieron la vuelta al club. No obstante, diez años después, ese grupo que parecía indestructible ha acabado a la greña. Enfrentados en las urnas y en los tribunales, dirimiendo cuentas de resultados y con un triste episodio de espionaje por medio, ofrecen la imagen de que cualquier sueño acaba por romperse cuando aparece el poder.