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ATHLETIC

Broche de oro en San Mamés: Iribar jugó los últimos minutos

Emotiva despedida de La Catedral con un partido entre el Athletic de Bielsa y un Bizkaia con varios futuros leones, Beñat, Etxeita y quizás Rico. El 'Chopo' emocionó a todos.

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Broche de oro en San Mamés: Iribar jugó los últimos minutos

Emoción, lágrimas, palmas, cánticos, pero sobre todo orgullo de pertenencia. El hasta siempre de San Mamés, espectacular por el mensaje de pasado, presente y futuro, superó las expectativas. Lo de menos era el último partido entre el atrevido Athletic de Bielsa y un Bizkaia con varios futuros leones, Beñat, Etxeita y quizás Rico. El prolegómeno ya hizo sonreír en sí a Pichichi. La imagen de Rafa Iriondo, el único superviviente de la mejor delantera de la historia, escoltado por Koldo Aguirre y el número uno, don Jose Ángel Iribar puso los pelos de punta. Tanto o más como la presencia en el círculo central de más de un centenar de gladiadores y estilistas que han hecho historia en el santuario que será derribado.

La unánime ovación a El Chopo, Maguregui, Rojo I, Clemente, Dani y los más recientes ídolos como Guerrero, Urzaiz y Etxeberria la sintieron como suyas mitos que están en el cielo como Zarra, Panizo y Gaínza. Apoteosis rojiblanca con un cántico a capela del himno. Hubo gestos preciosos como el de Gabilondo, convertido de la Real al Athletic, que saltó con su bebé en brazos.

También hubo ración de aplausos para los entrenadores y un cántico muy sonado para Marcelo Bielsa, a quien un sector insistente pidió que se quedara.

El partido no fue nada del otro mundo. Muneta, socio del club que brilla en el Mirandés, obligó a Iraizoz a una gran parada. Goitia también tenía bien ajustados los guantes. Lo de menos fue llegar sin goles al descanso porque la fiesta fue interminable, incansable. Y el espíritu seguirá en el nuevo San Mamés, que tendrá el duro reto de ponerse a la altura de La Catedral del fútbol español, admirada durante su siglo de existencia. El orgullo, pese a la pérdida, está intacto.

Sorpresa final. Otro socio del Athletic, Alain Arroyo, fue el encargado de abrir el marcador para la selección de Bizkaia cuando San Mamés se había puesto a hacer la ola para pasar el rato. El equipo rojiblanco, que había fracasado ya en su despedida liguera, apenas se acercó con fundamento al gol. Lo mejor estaba por llegar: Orbaiz, Guerrero, Andrinua, Dani y el mítico Iribar acabaron jugando el partido.