El Tenerife vuelve a ser equipo de Segunda División A

El Tenerife ya es equipo de Segunda División. Los chicharreros hicieron valer el 3-1 de la ida y conducen a L’Hospitalet a la repesca. Los ribereños ganaron 1-0, pero les faltó un tanto más para hacer realidad el sueño. La alegría se desató al final del encuentro entre la afición del Tenrife. Y no es para menos. Vuelven a la élite, al lugar que les corresponde por historia.

El encuentro se inició de manera fulgurante, y no era para menos. L’Hospitalet debía remontar el 3-1 de la ida y ya desde el minuto 1 trabajó para ello. Bacari se echó el equipo a sus espaldas y metió el miedo en el cuerpo a un Tenerife que viajó a Hospitalet con cerca de 1.000 aficionados. Había muchas ganas de volver a Segunda A y en una pancarta situada en la grada visitante se leía: 2011 sufrimos, 2012 resistimos y en 2013 resurgimos. El conjunto de Cervera no sufría gracias a una defensa bien ordenada, pero los ribereños salían al ataque con una fuerza y un corazón encomiable. El Tenerife apenas se mostraba en tareas ofensivas, pero a Loro, Chechu y Aridane les bastaba media ocasión para crear peligro. Hasta entonces se vivieron 25 minutos intensos, pero carentes de ocasiones clara de gol. A LHospitalet le faltaba fluidez y le sobraba precipitación. Entendible, pero fue justo lo que le llevó a Pol a desaprovechar un mano a mano con Aragoneses en el 29’.

Con el paso de los minutos, los nervios fueron cambiando de bando y en el 39’, tras un error de Valentín, Cristo le puso un balón en largo a Aridane que le faltó convencimiento para levantar el balón sobre Craviotto y lograr el 0-1. Susto para L’Hospitalet que pedía el descanso porque el Tenerife les empezaba a ganar terreno y a desactivar las acometidas de Bacari y Osado.

En la segunda mitad se vio el todo o nada. L’Hospitalet fue con todo al ataque y le salió a las mil maravillas. Bacari lideró una contra de libro que pasó por Osado y la finalizó un Cirio que hacía creer a los ribereños. 1-0, minuto 56 y todo por decidir. El sí, se puede era el cántico predilecto en el Municipal de L’Hospitalet. Pero lo cierto es que el gol atenazó al conjunto de Miguel Álvarez y las llegadas ya no eran tan claras. Eso sí, el gol provocó que el Tenerife diera un paso atrás y Craviotto se convirtió en un espectador sufridor más. Al final, la ocasión del empate no llegaría y el Tenerife sella el tan deseado ascenso a Segunda A. Hizo valer el 3-1 de la ida y el próximo curso Depor-Tenerife. Por otro lado, la desilusión recorrió el cuerpo de cada uno de los integrantes de la plantilla de L’Hospitalet, pero aún les queda la bala de la repesca para ascender a la categoría de plata del fútbol español.