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La intrahistoria

Algo se ha roto entre la cantera y el banquillo del Barcelona

Thiago, Bartra, Montoya y Tello están desilusionados por los pocos minutos que han jugado. Los jóvenes no ven en Tito Vilanova un técnico que se moje por su causa.

Thiago ha visto rebajada su cláusla de 90 a 18 millones por no jugar suficientes minutos.
Fernando Zueras

El lema culé: "Antes que buscar fuera, miraremos en casa", está en entredicho. Por lo menos para Tello, Bartra, Thiago y Montoya, que han visto cómo esta temporada sus minutos de competición pasaban a ser anecdóticos, especialmente en lo que se refiere a la calidad. Las frías estadísticas dirán que han jugado un buen número de ellos, pero lo cierto es que su participación se ha ceñido a duelos de poca monta o si estuvieron en grandes citas fue porque no hubo más remedio.

Bartra, central que vale para ir al matadero ante el Bayern, no tiene sitio ni en el banquillo cuando la Liga está más que ganada. Es más, da la sensación que sólo jugó en Champions porque Puyol decidió operarse; Mascherano se lesionó; Song demostró que no servía como central y Adriano estaba sancionado. En el vestuario del Barça B se comentaba que la titularidad de Bartra ante los alemanes se debía a que Migueli no cogió el teléfono para ir convocado. Ayer, en un intento de aplacar una frustración más que justificada, la directiva le ofreció la renovación en un acto de total descoordinación entre la política de la dirección deportiva y la ejecución de Tito, que le ningunea por sistema.

El central no es el único damnificado. Tello acaba de ver cómo se le ficha a Neymar en su puesto. Nada que objetar si no fuera porque además del brasileño, Vilanova ha priorizado, como pasó el domingo pasado ante el Espanyol, a un Villa mermado por delante suyo. Al extremo le llueven las ofertas y su cláusula de rescisión es de 10 millones de euros. Es el chollo del mercado europeo.

Lo mismo se aplica a Thiago, quien mediante su padre y representante se ha esmerado en dejar claro a quien quiera oirle que su cláusula de rescisión se ha reducido este año de 90 a 18 millones por no haber jugado el 60 por ciento de los partidos. Ante los rumores de que el Madrid, el City y el United están interesados en él, ha tenido que ser Xavi Hernández el que saliera a pedirle paciencia. Desde el banquillo, ni un gesto. ¿Qué van a ofrecer a un jugador que en Champions sólo ha jugado ratos insulsos ante el Bayern y el Benfica?

Y finalmente, Montoya ha pasado de ser titular en una final de Copa a cubrir las bajas de los laterales brasileños. Algo se ha roto entre el baquillo y el Mini.