ATLÉTICO | SINGAPUR
La alarma por peligro de rayos en Singapur retrasa al Atleti
La advertencia del peligro de tormentas impidió que los rojiblancos saltaran al césped durante más de una hora para realizar un clinic con 120 niños.
En Singapur, la agencia estatal del medio ambiente ha instalado un sistema de alerta de peligro de tormentas en cada lugar de interés público. Apenas cinco minutos antes de que los hombres de Simeone tuvieran previsto saltar al césped del Jalan Besar para hacer un clínic con más de 120 niños, la alarma que advierte del peligro de rayos se encendió e impidió que los rojiblancos saltaran al césped durante más de una hora.
Cuando ya pudieron saltar al terreno de juego, los futbolistas del Atlético deleitaron a los 120 niños de primaria y a los 3.000 espectadores en las gradas con varias exhibiciones. La primera fue un partido de 11 rojiblancos contra los más de 120 niños (vestidos de blanco). Diego Costa se puso los guantes de portero para los de Simeone y el Mono Burgos defendió, con su tradicional gorra roja, a la portería de los niños. Al principio, la marea blanca fue demasiado para los atléticos, que encajaron tres goles seguidos.
Después, los rojiblancos consiguieron acercarse en el marcador, con un último gol de Miranda, que celebró el tanto emulando el festejo de su gol de la victoria en el Bernabéu de la final de Copa. Tras el partido, el Atlético hizo lanzamientos de penalti contra otros niños y la tarde terminó con un partido en igualdad de jugadores contra futbolistas de las categorías inferiores de Singapur.
Heng Swee Keat, ministro de educación del país, recibió una camiseta rojiblanco de manos de Gil Marín y Cerezo. De nuevo, estuvieron Peter Kenyon, Jorge Mendes y el magnate singapureño Peter Lim observando el espectáculo.
Entrenamiento por la mañana
Los hombres de Simeone se citaron en el estadio Jalan Besar, sede del partido amistoso de mañana, y completaron su primer entrenamiento desde el que mantuvieron el jueves pasado en el Bernabéu (en la previa a la final de Copa).
El estadio se encuentra en una de las zonas más húmedas de Singapur y aunque el termómetro indicase que la temperatura fuera de 28 grados, Simeone limitó la sesión de trabajo a una hora debido al intenso calor.
Tras el entrenamiento, el cuerpo técnico y los jugadores visitaron el mayor vendedor de coches de lujo de la isla. El dueño del concesionario, el segundo máximo donante del partido de mañana, invitó a los rojiblancos y estos acudieron. El coche que más impresionó a los futbolistas fue un Bugatti Veyron, valorado en aproximadamente dos millones de euros. Ningún jugador desaprovechó la oportunidad de hacerse una foto con el automóvil.