El reto de lograr cincuenta puntos contra el récord de 100

Europa es una quimera, un imposible cuyas posibilidades matemáticas -el octavo está a cinco puntos a falta de solo dos jornadas- se le aparecen al Espanyol como un espejismo en medio del desierto. Una alucinación, por mucho que de puertas afuera la plantilla deba mantener el discurso de que lucharán mientras haya vida. Definitivamente, la derrota del pasado domingo en Riazor (2-0) selló la hasta ahora entreabierta puerta europea. Pero es semana de derbi, y al menos hasta el próximo domingo no le harán falta al vestuario perico más alicientes para buscar los tres puntos: no hay mayor motivación, sea cual sea la clasificación, que derrotar al Barcelona en Cornellà-El Prat.

Por si el estímulo del eterno rival ciudadano fuera insuficiente, al Espanyol aún le queda pendiente otro objetivo, un reto menor que sin embargo le puede colocar como la mejor plantilla de los blanquiazules en Liga de los últimos ocho años. Si ganan los dos partidos restantes, el derbi y la visita al Celta, los blanquiazules sumarán 50 puntos por vez primera desde 2005. Tan asombroso como cierto. Ni Ernesto Valverde ni Mauricio Pochettino lo lograron jamás, aunque ambos se quedaron a un punto -en las temporadas 2006-07 y 2010-11, respectivamente-, por lo que el récord simbólico de estos últimos tiempos está en manos de Javier Aguirre. De cualquier modo, resulta cuando menos preocupante que el Espanyol sea incapaz durante tanto tiempo de superar la barrera de los 50 puntos. Antes de la campaña 2004-05, en que fueron 61 puntos y una quinta plaza que encima supo a poco, solo lo había logrado en otra ocasión este siglo: la 2000-01, con Paco Flores al mando, cuando sumó exactamente esa marca de 50.

Aguirre, a punto. Eso sí, para derribar la barrera de los 50 puntos, el Espanyol deberá aniquilar otra marca, otro objetivo, en este caso del Barça, que una vez conseguida la Liga se ha planteado la misión de igualar el récord de 100 puntos que la temporada pasada estableció el Real Madrid de Jose Mourinho. Derrotarles, por tanto, supondría una triple satisfacción para los pericos: mantendrían su senda hacia los 50, evitarían la hazaña culé y, cómo no, superarían al eterno rival.

Pero antes, durante estos próximos días, debería llegar la noticia más esperada, la de la renovación de Javier Aguirre. Siguen faltando "flecos", pero ya es casi un hecho.