Todo un match-ball en Mallorca

Sólo las matemáticas sostienen aún al equipo de Manzano, pues la victoria del Depor alejó la posibilidad de salvación a seis puntos (sin goal average) con apenas nueve en juego para el Mallorca. Perder significaría el descenso matemático ante un Betis que no llegará a verlas venir, pues tiene Europa a tiro de tres.

Partido ideal para un guión de película, repleto de lugares comunes. Fue Palma (2005), el lugar donde el Betis consiguió su última clasificación para Europa, la primera de Champions. Serra Ferrer, hoy mandamás bermellón, se sentaba entonces en el banquillo verdiblanco. Cosas de la vida: Lorenzo, al que muchos aficionados heliopolitanos siguen considerando el mejor entrenador de la historia del Betis, puede alcanzar hoy la categoría de peor dirigente mallorquinista si se consuma el descenso después de 16 años seguidos en Primera. Adiós a la época más dorada del fútbol balear.

Sexta plaza. Mel aspira o más bien ya ha ocupado ese lugar de entrenador-gurú que tenía Serra Ferrer en el corazón del beticismo y con un triunfo casi certificaría la proeza de clasificar para Europa a un equipo concebido, por presupuesto y sensaciones, para la salvación. Lo puede hacer incluso como sexto, pues el Málaga está a dos puntos, y ahorraría una ronda previa al Betis.

El técnico bético, con Molina y Cañas lesionados, optará de nuevo por reforzar el mediocampo y jugar con el nerviosismo de un rival, el Mallorca, para el que Manzano tampoco ha sabido dar con la tecla a pesar de tener una plantilla, esta sí, con vitola europea. El fútbol, la vida, Serra, Mel... Se cambian los papeles sin avisar.