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Las Palmas

Hernán: "En el fútbol el tren pasa y hay que saber montarse"

"Me gusta tenerlo todo muy controlado, y eso se traslada al césped", dice. Así resume su éxito: "Sabía que aprovecharía mi oportunidad. Para otra podría pasar mucho tiempo".

Hernán.
Carlos Díaz-Recio

Quedan cuatro partidos y el objetivo está cada vez más cerca. ¿Tiene vértigo?

No lo llamaría así. Lo que sí sentimos son muchas ganas de que se resuelva todo. El equipo está muy ilusionado. Seguimos con las opciones intactas y queremos conseguir el objetivo marcado: playoff. Después, si ganamos estos cuatro partidos, con los enfrentamientos directos que hay en la parte alta, optar también a la segunda plaza. ¿Por qué no?

Nadie contempla quedarse fuera de los playoff.

Y a medida que pasan las jornadas, menos. No cabe en la cabeza de nadie, sería una gran desilusión. Hemos trabajado toda la temporada para ello. El equipo está convencido de que vamos a conseguir los resultados necesarios para, al menos, optar a esos playoff.

Se marchó de la UD y volvió. ¿Tiene más mérito llegar así al primer equipo?

Llegar tiene un gran mérito como resultado de mucha constancia y trabajo. Mi caso fue de ida y vuelta en los filiales de Las Palmas. Me ha podido costar más que a otros, pero estoy contento por el trabajo, por todas las horas que le he dedicado al fútbol para que la recompensa sea esta.

Empezó en el colegio.

Mi primer año de fútbol fue en el Loyola. Después me fui a un equipo de las cercanía de mi barrio (Zárate), el San Juan Tres Palmas, y de ahí ha sido ida y vuelta entre los filiales y el San Juan hasta que en juvenil de División de Honor me quedé en Las Palmas.

¿Qué recuerda de aquellas primeras patadas al balón?

Dentro de nuestro grupo de amigos, todos queríamos ser futbolistas y jugar en Las Palmas. Hoy se alegran porque ese sueño que teníamos por lo menos uno lo ha logrado.

Pasó de Tercera División a ser imprescindible en un equipo que lucha por ascender a Primera División. ¿Le cuesta asimilar tantos cambios en tan poco tiempo? ¿Comprende que la gente quiera fotografiarse con usted?

Eso es, quizás, lo que más me ha costado asimilar. El hecho de formar parte de un equipo en el que años atrás has estado en su dinámica pero siendo jugador del filial, a dar ese salto: estar en la primera plantilla, vas cogiendo protagonismo, la gente te reconoce por la calle Son situaciones nuevas para mí. Se agradece esa recompensa a tu trabajo con palabras de ánimo. n regalos que te ofrece el fútbol, y estoy muy agradecido por ello.

Quiso ser militar. Se nota cuando juega al fútbol.

(se ríe) Cada persona es un mundo, y mi personalidad está encaminada a eso. En mi vida soy muy ordenando, me gusta tener todo muy controlado, y a lo mejor eso se refleja en el campo. En mi posición se exige tener ese control, colocar a la gente. Tenemos un grupo de compañeros a los que les puede pegar tres gritos porque saben que es por el bien del equipo. Eso también se agradece.

¿Qué importancia tiene Lobera en su carrera? Le puso por delante del mejor futbolista de la UD del curso pasado.

Cuando empezó la temporada sabía que tenía gente delante con un cartel importante, como Javi Castellano, Vicente o David González. Pero en el fútbol los trenes pasan y hay que saber subirse. Es una mentalidad que siempre he tenido. Hay gente que se puede desesperar, pero sabía que, con trabajo y sacrifico, me iba a llegar esta oportunidad. Estaba convencido de que la iba aprovechar porque a lo mejor después pasaría mucho tiempo para tener otra.

¿Se imagina el ascenso?

Tengo momentos de estar tranquilo en casa y ponerme a valorar todo lo que hace ese equipo. Se me ponen los pelos de punta (se palpa el brazo) al pensar que tenemos la posibilidad de estar jugando la temporada que viene con este equipo y en Primera División, no ya que lo vayamos a lograr. La afición lo ha pasado mal desde hace muchos años. Sería un gran regalo para todos.