¿A qué se dedica? Llevo dos años entrenando al filial del Mallorca, que milita en Segunda B.
El quinto futbolista con
más partidos de Liga Miquel Soler ha tenido una carrera como profesional de 20 años: ha militado en siete equipos diferentes y ha disputado 504 partidos de Liga, marcando 11 goles y siendo el quinto futbolista de la historia con más encuentros. Tras cuatro años en el Olot, en 1983 fichó por el Espanyol, en el que estuvo cinco temporadas, jugó 118 encuentros de Liga y marcó tres goles. En 1987 disputó la final de la Copa de la UEFA ante el Bayer Leverkusen, de triste recuerdo para los pericos. En 1988 se fue al Barcelona, coincidiendo con el aterrizaje de Cruyff en el banquillo. Con la elástica azulgrana jugó 81 partidos, anotó dos tantos y estuvo cuatro campañas; tuvo un paréntesis, en la Liga 1991-92, que estuvo cedido en el Atlético: jugó 25 encuentros y disputó, y ganó, la final de Copa del Rey de 1992 ante el Real Madrid. Tras dejar el Barça en 1993, con el que ganó dos Ligas, una Copa del Rey, una Recopa y una Supercopa de Europa, recaló en el Sevilla, donde estuvo dos años: 75 partidos y un gol. En la campaña 1995-96 ingresó en el Real Madrid, jugando 14 partidos y marcando un tanto. De 1996 a 1998 perteneció al Zaragoza, disputando 39 partidos y anotando un gol; y desde 1998 hasta 2003 recaló en el Mallorca: 152 partidos y un tanto. Además, fue nueve veces internacional con La Selección y disputó la Eurocopa de Alemania de 1988. Tras retirarse, participó en la Selección de fútbol playa.
Está a punto de acabar la temporada. ¿Va a seguir en el club? De momento, vamos a acabar la temporada: nos queda un último partido para solventar la situación de salir de la promoción de permanencia y debemos ganar. Luego no sé lo que ocurrirá, ni conmigo ni con el club.
Hablemos de su pasado. Se han cumplido 25 años de aquella histórica final del Espanyol ante el Bayer Leverkusen. ¿Qué fue lo más triste que presenció aquel día? Todo fue casi luctuoso. No teníamos consuelo, ni mucho menos la afición. Era muy duro ver a mis compañeros, gente adulta, llorando como niños. Un día imborrable, porque tuvimos en la mano, por primera vez, conseguir el mayor trofeo en la historia del Espanyol. Años después, el equipo pudo volver a aspirar a la Copa de la UEFA en aquella final ante el Sevilla.
¿Comparte la idea de que, después de ganar 3-0 en la ida, en Sarriá (un gol fue suyo), llegaron algo confiados a Alemania? En absoluto. La primera parte la tuvimos controlada, de hecho, no recuerdo grandes ocasiones del Bayer. Fue hacia el cuarto de hora de la segunda mitad cuando un error nuestro, evitable, lo aprovecharon para marcar, y a partir de ahí empezaron a creer. Después, los penaltis fueron una lotería que les tocó a ellos.
Usted ha compartido vestuario con grandes futbolistas. ¿Cuál le sorprendió más como persona y como profesional? En el Espanyol, quizás N'kono y Lauridsen; en el Barcelona, Koeman, Laudrup, Romario...; en el Atlético, Futre y Schuster; Suker en el Sevilla; Ibagaza y Etoo en el Mallorca... La verdad es que he sido muy afortunado de jugar al lado de cracks mundiales.
Miquel Soler ha militado en siete equipos de Primera distintos. ¿Se ha sentido alguna vez como un mercenario? No. Es verdad que he sido un poco nómada, pero nunca he jugado sólo por dinero, donde he ido, he intentado darlo todo por ese equipo, ser honesto conmigo mismo y con el club que me pagaba y confiaba en mí. He tenido siempre un alto sentido de la responsabilidad.
¿Diría que su año en el Real Madrid ha sido la peor experiencia como profesional? Es verdad que al final fue todo muy raro. Yo tenía una cláusula por la que renovaba automáticamente por partidos, algo más usual en otro tipo de clubes, y de repente desaparecí de las alineaciones, cuando lo estaba haciendo bien. Está claro que no querían que continuase, pero quizás no fue la forma más decorosa de demostrármelo.
¿Le decepcionó Arsenio Iglesias? A mí me sorprendió, de verdad, porque era un técnico admirado, que tenía un prestigio, había hecho grande al Deportivo, y demostró ser manejable al entrar en el juego con el club, cuando él tampoco iba a seguir, de retirarme de las alineaciones para no renovar automáticamente.
¿Le pidió explicaciones? No. Él intentó dármelas, pero bueno... con el tiempo, todo se relativiza.
Miquel Soler estuvo un año cedido en el Atlético por el Barcelona y participó en la última Copa que ganó el equipo rojiblanco al Real Madrid. ¿Cómo ve la final? Muy igualada. Yo creo que si el Madrid no hubiera tenido tantos líos últimamente, sería más favorito para ganar, pero no sé cómo le puede afectar y la capacidad autogestión que tendrá el equipo. Es verdad que al Atlético le puede afectar que le esté costando tanto ganar al Real Madrid, pero tiene experiencia en partidos grandes y una final es un partido distinto al resto. El Atlético tiene que mostrarse como un equipo equilibrado y fiable, y que no encaje pronto un gol, porque si lo hace, lo va a tener difícil.
¿Qué barrunta si el Madrid pierde la final? ¡Bufff! Puede ser terrible, ¿no? Yo creo que la temporada del Madrid no es exitosa aún si gana la Copa del Rey, que, para mí, es el tercer título en importancia, después de la Champions y la Liga.
Oiga, usted también ha sido jugador del Barcelona y conoce su filosofía, ya que estuvo a las órdenes de Cruyff, el precursor del exitoso fútbol de este Barça. ¿Cree que ese fin de ciclo que se está anunciando es real? Para nada. Es verdad que este año ha mostrado debilidades, sobre todo, en defensa, y la transición defensa-mediocampo-delantera no ha sido tan eficaz como antes. Por eso el club tiene que acertar en los fichajes. Piense que Valdés se va y Puyol y Xavi no están para jugar tantísimos partidos. La filosofía se va a mantener, pero debe haber buenos jugadores para ponerla en práctica.
Gracias. A ustedes.