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FÚTBOL FEMENINO. ESPAÑOLAS EN EL MUNDO

Ani Escribano se estrenó como goleadora en Islandia

Era el segundo partido de la central española con su nuevo equipo, ÍB Vestmannaeyja, al que llegó tras ganar la segunda Liga con el Barça y después de 19 años en el equipo.

Meli, Olga, Ani y Ràfols, durante la celebración del título de Liga en San Mamés: X. GUARTE (FCB).

Ani Escribano, conocida en España como “la eterna capitana del Barça” se estrenó este martes como goleadora en su nuevo equipo, el ÍB Vestmannaeyja, ubicado en la isla de Heimaey, situada en el archipiélago de Vestmannaeyjar, al sur del país y formado por 15 islas. Era su segundo partido y su gol, de falta, contribuyó al triunfo de su equipo, con goleada incluída, 7-2 al HK Víkngur. Con 31 años y después de 19 años en el club azulgrana, diez de ellos luciendo el brazalete de capitana, Ani llega a Islandia con ganas de “disfrutar al máximo” de esta experiencia a nivel profesional y personal. “Llevaba dos años sin marcar. Hice el 6-0. Por mi puesto (es defensa central) no soy una jugadora de marcar goles, pero, además, hacerlo de falta, me hizo especial ilusión. No soy una especialista y cuando vi que entró, me dio mucha alegría. Ahora el míster quiere que lance yo las faltas y los penaltis”, explica Ani.

Ani llegó a Islandia apenas un día después de proclamarse campeona de la Liga, por segundo año consecutivo, con el Barça. Fue en San Mamés, ante el Athletic y ante 30.000 espectadores. Reconoce que en San Mamés experimentó todo tipo de emociones: “Fue el mejor final soñado. Dejar el equipo después de tantos años y ganando la Liga en San Mamés es la mejor despedida posible y, sin duda, el mejor momento de mi carrera. Aunque no jugué, lo viví con la misma intensidad que mis compañeras que salieron al campo. La sensación fue increíble. Fue impresionante ver el estadio prácticamente lleno, tantos ojos observándonos y pendientes de nosotras y con la tensión añadida de que sólo nos valía la victoria. Fue muy emocionante y lloré mucho. Por un lado estaba feliz, pero por otro lado fue un momento triste, al saber que mi etapa en el Barça se había acabado”.

Con la marcha de Ani del Barça se fue la historia viva del equipo femenino: “Entré con 13 años. Nunca jugué en ningún otro club, pese a que tuve ofertas para hacerlo. Cuando empecé, el equipo pertenecía a una peña barcelonista. Luego se hizo cargo el Barça en la época de Laporta. He vivido de todo en este club. He ganado ligas nacionales, he vivido un ascenso, un descenso, que es superduro por cierto, de nuevo el ascenso, he ganado dos Ligas, una Copa, he vivido la Champions… Cuando llegué, con 13 años, nunca pensé que duraría tanto tiempo y sin darme cuenta estuve 19 años en el club”.

La central catalana se acaba de unir a la ya larga lista de futbolistas españolas repartidas por el mundo, pero nunca imaginó que acabaría en Islandia. “Tengo 31 años, sé que me quedan pocos años de fútbol y había llegado el momento de dar el paso y probar otras cosas. Después de tantos años en el Barça, sentía la necesidad de cambiar. Haber jugado poco en los últimos meses también me ayudó a tomar la decisión. Tenía claro que quería irme fuera de España. Mi agente me preguntó si estaría dispuesta a ir a cualquier lugar del mundo. Le dije que sí, pero nunca imaginé que acabaría en Islandia. Y no me arrepiento. Me están tratando muy bien”.

La liga islandesa está formada por diez equipos y se juega de mayo a septiembre. En su equipo hay otras cuatro extranjeras más, una australiana, una galesa, una serbia y una estadounidense. Aunque apenas lleva diez días, ya puede hacer alguna comparación con el fútbol español: “Aquí el fútbol es muy diferente, hay menos toque y es más físico y eso se nota porque acabas los partidos muy cansada”. En cuanto a la dedicación de las jugadoras, Ani explica que en Islandia la liga femenina está considerada como profesional, aunque hay jugadoras que además estudian o trabajan: “Los sueldos son un poco superiores a los que podía haber en España, en clubes como el Barça (el salario en el Barça femenino oscila entre los 6.000 y 18.000 euros al año)”.

Ani lleva bien su adaptación, aunque echa de menos a su familia y a sus compañeras del Barça: “Aquí sólo hay tres horas de noche, de 23:30 a 02:30 horas, pero de momento duermo bien. No me afecta. Lo más complicado es el idioma, el islandés es muy difícil, y en inglés me tienen que hablar muy despacio, así que estoy dándole duro al inglés. De España lo que más echo de menos es a mi familia y a las compañeras del Barça, éramos como una familia. También echo de menos entrar en el vestuario y dar la mano a todos, compañeras y cuerpo técnico. Era una costumbre, una manía. Lo hacía siempre”.