El Celta se juega la vida esta tarde; el Betis, mucho orgullo

Match ball del Celta en el Villamarín, todo o nada para un equipo que el miércoles, perdiendo ante el Atlético, agotó una bala más que sus rivales en la lucha por el descenso. Le quedan apenas tres partidos para redimirse y dos puntos de desventaja con Osasuna, que antes de que empezara esta jornada era decimoséptimo. Otra derrota más, un empate incluso, dejaría a los célticos virtualmente descendidos, apenas un año después de salir del pozo con el trabajito de bastantes temporadas.

Al Betis le desapareció esa tensión hace ya semanas, cuando firmó el objetivo pactado de la permanencia, pero entorno y sentido común dicen que, a falta de cuatro partidos y en el séptimo puesto, debe echar el resto para mantenerse y llegar a la Europa League. La presión la pone sobre todo su eterno rival, el Sevilla, sobre el que se ha mantenido ventaja toda la temporada pero que podría dar alcance a los verdiblancos si estos pierden y aquellos ganan en La Rosaleda. Esa guerra cainista que fuera de Sevilla podría parecer trivial es casi cuestión de estado (físico y moral) a la sombra de La Giralda.

El once del Betis viene marcado por los problemas físicos en la delantera. Jorge Molina se quedó incluso fuera de la lista. Beñat debe volver al once tras el banquillazo del Camp Nou y junto a él estarían Rubén Pérez y Nosa. Al Celta le dejó lisiado el partido del miércoles, con Álex López sancionado y Bermejo lesionado de gravedad. Fiados a la luz de Iago Aspas, a algún milagro del sevillista Javi Varas, que juega miniderbi esta tarde, Abel Resino no puede quejarse: sólo pensar en la victoria.