La Copa empieza para el Real Madrid en el 'territorio perico'

El Real Madrid, en versión muda, visita Cornellà a seis días de la final de Copa y sin otro ánimo que aplazar el alirón del Barça, que será campeón si los madridistas no logran la victoria. El Espanyol, por su parte, apura sus remotas opciones de clasificarse para Europa, de la que le separan diez puntos (seis si el TAS descabalga al Málaga).

La primera novedad del Madrid es el silencio. Visto que es inútil reclamar prudencia al entrenador, el club ha suspendido las intervenciones públicas. El enroque en momentos convulsos es un viejo recurso: los italianos lo denominan silenzio stampa y tiene como objeto evitar inminentes 'estampamientos'.

Bajas. Mordazas al margen, se espera que el Real Madrid presente un equipo experimental, con algún veterano en retirada y pujantes meritorios. Aunque no hay lista de convocados (el equipo viaja hoy), es seguro que Özil se lo perderá. Tampoco estarán Sergio Ramos y Marcelo, con diferentes achaques. Ni siquiera Cristiano, ayer en el gimnasio y al que no se pondrá en riesgo.

Las ausencias abrirán paso a Nacho, Casemiro y Morata, por citar a los canteranos. Estarán arropados por los pesos pesados que jugaron el pasado sábado, más Higuaín (13 goles en Liga en 25 partidos), cuyo caso merece un añadido. No hay ganas de quererle, al menos entre parte del madridismo. Además, carece del místico glamour de algún otro compañero. Y por si fuera poco, no fue fichado por Florentino.

El Espanyol basa sus esperanzas en la tranquilidad y en el referente de la primera vuelta, cuando arrancó un empate en el Bernabéu. Aquella noche Sergio García fue el jugador clave desde la posición de delantero centro (marcó un gol), en donde fue reubicado por Aguirre. No olvidemos que cuando el mexicano fue fichado (28-11-2012), el Espanyol era colista.

El partido es más interesante por el morbo que por los puntos. El Espanyol está en condiciones de hacer campeón al Barça y los madridistas no podrán hacerles notar la incongruencia por aquello de la ley del silencio. Así que no les quedará otra que vencer y callar.