ELCHE
La afición es de Primera y el equipo lo será en unos días
Espinosa apagó la traca con el 1-1, pero la grada del Martínez Valero ya huele el ascenso.
Las sensaciones eran las mismas. La confianza, distinta. Inevitablemente el partido ante el Granada de hace dos años estaba en el ambiente. Idénticos colores, misma pasión. Eso sí, la tensión era sensiblemente menor. Una derrota no amargaría la fiesta, sólo la aplazaría unos días, en el peor de los casos.
Unas 8.000 almas franjiverdes inundaron el párking del estadio desde tres horas antes del partido, pero el éxtasis llegó cuando el autobús del Elche se abrió paso entre una muchedumbre enloquecida. Petardos, bengalas y sobre todo mucho ruido... Y cánticos haciendo alusión al eterno rival.
Tras el primer subidón, la gente se acomodó en sus asientos y preparó el espectacular mosaico de 20.000 cartulinas que se exhibió mientras salían los jugadores al campo. Antes, la nueva versión del ¡Mucho Elche! terminó de calentar a la masa.
Las emociones se sucedían y el Aromas Ilicitanos cantado a capella por las 33.318 gargantas que abarrotaban el estadio, retumbó en todo Elche y alrededores.
El árbitro pitó el inicio pero la grada jugaba su particular partido. En el minuto 12, todos en pie para agradecer al equipo la espectacular temporada: ¡Elche, Elche, Elche!... Albacar encendió la traca pero Espinosa la apagó.... Sólo por unos días. Y la afición lo sabe. Por eso celebró el empate al final. En Almería, el Elche volverá a tener otro matchball por el ascenso. Y otra fiesta de Primera.