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Levante - Zaragoza

Partido decisivo: aferrarse a Primera o meterse en problemas

Si el Levante tienen al 99% asegurada su estancia en Primera una temporada más, los de Jiménez todavía tienen mucho que pelear. Hoy se juegan la vida en otro agónico partido.

La plantilla levantinista sólo piensa en salvarse y se aísla de toda la polémica que les envuelve.
Alberto Iranzo

La permanencia es el bien más preciado para Levante y Zaragoza cuyas vidas se vuelven a cruzar, una vez más a estas alturas de temporada. Parece ya una tradición de esta Liga que estos dos equipos se tengan que jugar los cuartos en el clásico sprint final que hay que hacer entrado el mes de mayo. Orriols, por ahora, no es de tan mal recuerdo para los aragoneses, que ya se salvaron aquí hace un par de temporadas y que esta misma ya han asaltado en la Copa. Precisamente con un gol de Aranda, ex de ambos y ahora vinculado a los granotas por otras cuestiones que en este lado de la capital del Turia prefieren remover lo menos posible, al menos hasta que estén salvados. Y eso esperan que sea esta misma noche.

Para ello tendrán que hilar fino y demostrar que el punto rescatado en Mallorca el fin de semana pasado no es un espejismo en medio de la grave crisis de juego y resultados que atraviesan. Por si fuera poco, deberán doblegar esfuerzos los de Juan Ignacio que además pierden por el camino a hombres muy importantes como Juanfran y, sobre todo, Barkero. Tres partidos le quedan en el Ciutat a un Acquafresca que proclama a los cuatro vientos su deseo de echar raíces en Valencia pero que debería ganárselo mejor a base de goles. Quizá el del otro día, sin querer, le haga de trampolín hacía un final explosivo.

El agua al cuello. Si los valencianos tienen al 99% asegurada su estancia en Primera una temporada más, los de Jiménez todavía tienen mucho que pelear. Hoy se juegan la vida en otra agónica cita de la que no pueden salir derrotados. Cierto es que el momento es propicio para tomar el Ciutat con el río revuelto que baja por Orriols y aprovechando la desconfianza que han generado en su afición, no sólo por la polémica suscitada sino por las últimas actuaciones en casa. El partido de ida dejó secuelas, enfrentamientos personales entre algunos que se verán las caras hoy y otros que no lo harán por casualidades del destino. Sea como sea, la batalla está servida.