CELTA - ATLÉTICO DE MADRID | LA INTRAHISTORIA
Iago Aspas, especialista en milagros de salvación
Cada vez que marca, Iago señala el escudo. Es un acto que le sale del corazón a un celtista de cuna. Es su reivindicación personal de que el Celta es un equipo grande.
Si algún día se plantearan canonizar a Iago Aspas, tendrían una buena lista de milagros para justificarlo. De hecho, nada más debutar en Balaídos ya se convirtió en el Ángel de la Guarda celeste. Aquella gloriosa tarde contra el Alavés jamás se olvidará en Vigo. Los gallegos estaban al borde del precipicio, veían más cerca que nunca la Segunda B y, por ende, prácticamente la desaparición del club. El escenario no podía ser más dramático. Quizás por ello nadie podía entender que Eusebio Sacristán, entonces entrenador del equipo vigués, se jugara la vida metiendo en el campo en los últimos minutos a un chaval de la cantera que se estrenaba en casa. Iago tardó apenas unos minutos en disipar todas las dudas. Logró un doblete histórico y permitió que el club siguiese vivo. Casi nada.
Ese fue su primer milagro, pero no el último. Sólo hay que recordar lo que sucedió la temporada pasada. El Celta era un equipo destrozado por el dolor de aquella cruel tanda de penaltis en Granada que les dejó fuera del playoff (10-11), Iago cargó con la responsabilidad y se echó el equipo a la espalda. Marcó 23 goles, fue el máximo goleador nacional de la categoría, participó en más de la mitad de los tantos, repartió más asistencias que Ricky Rubio en su mejor noche y devolvió al Celta a su sitio después de cinco años infernales. La leyenda de Iago Aspas se hizo aún más grande con una gesta que emocionó a toda una ciudad necesitada de alegrías.
Pero aún hay más, porque lo que está logrando el genio de Moaña en este curso también hay que recordarlo. En el año de su debut en Primera se ha convertido en una de las sensaciones de la categoría, es el líder indiscutible del equipo y Del Bosque lo tiene en su agenda. Suma once goles en lo que va de temporada y ha marcado en los tres últimos partidos que disputó en Balaídos (ante Granada, Real Madrid y Athletic). Además, está a un gol de su diana número 50 como jugador celeste. Casi nada. El delantero tiene ante sí la posibilidad de completar su tercer milagro para que la canonización no ofrezca dudas. Salvar al Celta se ha convertido en su mayor reto. Tiene más presión que nunca, pero esa palabra no existe en el vocabulario de un chaval que aprendió a jugar al fútbol en la calle.
Cada vez que marca, Iago señala el escudo. Es un acto que le sale del corazón a un celtista de cuna. Es su reivindicación personal de que el Celta es un equipo grande que aún no ha concluido su fase de crecimiento. Hoy tiene otro reto, batir a Courtois y mantener intacto el récord de su entrenador de minutos imbatido fuera de casa. Seguro que Abel se lo agradecerá porque estar el primero en la lista siempre es agradable. Eso sí, más le agradecerá una nueva victoria. Iago Aspas quiere seguir sumando milagros a su lista y todo pasa por vencer al Atlético. Él lo sabe y utilizará todo su repertorio para convertirse, una vez más, en el salvador. Él es el Ángel de la Guarda celeste.