Europa se deshilacha poco a poco pero Aguirre está atado

Como la bella Penélope mientras esperaba a su amado Ulises, el Espanyol teje y desteje cada temporada sus objetivos una y otra vez. Aunque en el caso de los pericos, la épica queda reservada para la lucha de la permanencia y la odisea, en cambio, llega cada vez que se proponen ir rumbo a la Ítaca que es Europa.

Con el primer objetivo cumplido y el segundo casi irrealizable -y eso que el octavo clasificado sigue a solo tres puntos-, el club pone ya la vista en la planificación de la próxima temporada. Y la primera medida, como no podía ser de otra manera, consistirá en la inminente renovación de Javier Aguirre por una temporada más. Sucederá, si todo va según lo previsto, antes de la visita este sábado del Real Madrid a Cornellà-El Prat. Un golpe de efecto al desánimo que se ha instalado entre la grada perica tras las dos derrotas últimas.

Hace ya semanas que se iniciaron los contactos entre el entrenador y la entidad. El primer paso fue pactar las condiciones deportivas. En ese sentido, Aguirre entendió que debido a la coyuntura económica se producirá alguna venta, pero a cambio no se desmantelará la actual plantilla. Y aceptó que es el área técnica, comandada por Óscar Perarnau, la que realizará los fichajes. La semana pasada, el director deportivo dio su visto bueno a la continuidad del Vasco y trasladó el asunto directamente al presidente, Joan Collet.

Y ese es el estado actual de la cuestión. Ayer mismo se produjo una reunión (y no era la primera) en la zona del Maresme para perfilar los términos económicos con su agente, Pere Artigas. Aguirre negocia en pack, es decir, que la cantidad que cierre con el club -que rondará los 800.000 euros- la repartirá con su ayudante, Alfredo Tena, y con Juan Iribarren, preparador físico, su equipo más directo de trabajo.

No preocupa en la cúpula el súbito desgaste que ha sufrido Aguirre debido a las derrotas ante Granada y Sevilla, puesto que cumplió a seis jornadas del final la difícil misión para la que se le fichó, y la tensión sostenida durante seis meses ha pasado factura cuando la obligación de salvarse se ha cambiado por un mero reto. Pero, por si en un giro dramático de los acontecimientos se rompieran las negociaciones (extremo harto improbable a días de hoy), el club tiene en la recámara al actual entrenador del Rayo Vallecano, Paco Jémez, como ya publicó AS.