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SEVILLA 3 - ESPANYOL 0

El Sevilla descabalga a los pericos de la liza europea

Los de Emery, ahora en la octava plaza, infligen un impecable vapuleo al Espanyol, que inició su sentencia con un gol en propia meta de Capdevila

Los jugadores del Sevilla celebran el primer gol, de Capdevila en propia meta.
Los jugadores del Sevilla celebran el primer gol, de Capdevila en propia meta.Paco FuentesEFE

Se podría argumentar que el primer golpe fue demasiado duro, que un madrugador tanto en propia puerta —el de Capdevila, a los diez minutos— deja noqueado a cualquier equipo que necesite ganar sí o sí ante un rival directo. Pero sería una explicación simplista, engañosa, de la goleada que el Sevilla infligió al Espanyol. Toda una muestra de autoridad. Un zarandeo definitivo de los hispalenses para seguir aspirando a Europa, no en vano ya ocupan la octava plaza, y para dejar a los pericos en la más absoluto de las nadas. En cuanto a objetivos y en lo existencial, pues los de Aguirre estuvieron irreconocibles en el más decisivo de los partidos, mientras que los de Emery sabían cuál era su cometido y lo cumplieron a rajatabla.

La mejor oportunidad del Espanyol arribó precisamente aún con empate a cero, en el 8’, en un contragolpe que Stuani culminó cruzando en exceso el balón. Fue la antesala del 1-0, lo mejor de los pericos porque fue un golazo, pero en propia meta. Capdevila trataba de cortar un pase de Navas en el interior del área, pero le salió un espectacular cabeceo del esférico cuyo bote superó a Casilla. Y, nueve minutos después, fue esta vez sí un sevillista, Coke, quien le fusiló tras un pase de Navas a la espalda de los descolocados defensores pericos. Tan aturdidos debieron de quedar estos como el propio portero, que dejó pasar un balón centrado por Rakitic para que Negredo, llegando desde atrás y en posible fuera de juego, materializase el 3-0 en el segundo palo.

Habían transcurrido solo 23 minutos, pero ya se habían terminado tanto el partido como las aspiraciones europeas de un Espanyol bisoño en tales lides, un turista accidental en un Sánchez Pizjuán que se fue creciendo, que vio cómo solo Casilla desbarató la humillación (si es que no la hubo) en varias tentativas de Rakitic. El Sevilla sigue luchando. El Espanyol ya está de vacaciones, y así lo dejó claro en Nervión.