Entre sombras y gozos

El derbi más entrañable será el más dramático porque el Granada se juega no descender a Segunda y el Málaga, clasificarse para la Champions. Vencer en Cornellá al Espanyol (0-1) fue para los granadinos un oasis que puso fin a su desierto de nueve jornadas sin conocer la victoria; los malagueños aseguraron virtualmente un puesto entre los siete primeros, pasaporte para la Europa League, mientras espera engancharse a la máxima competición continental con la ayuda adicional de una derrota de la imparable Real Sociedad.

La temporada del Granada en Los Cármenes ha sido bastante mala porque sólo ha podido ganar tres partidos, el último casualmente al Real Madrid; el Málaga ha ganado seis veces lejos de La Rosaleda. Los jugadores entrenados por Lucas Alcaraz despejaron su mente gracias a las dos concentraciones que realizaron en las instalaciones de Marbella Football Center, en tanto que los de Pellegrini tratan de superar a base de dignidad su saturación de partidos oficiales, 51, y la exigencia de una pretemporada diseñada para superar la fase previa de la Champions (contra el Panathinaikos), marcada por un objetivo donde la especificidad de la crisis sufrida en verano por el cierre del maná económico decretado por el propietario y presidente del club, Abdullah Al-Thani (antes mecenas, ahora tuitero), equipararon en importancia prestigio deportivo y objetivos económicos.

No es exagerado afirmar que, para el Granada, este partido es tan importante, o más, que el de su ascenso en Elche o el de Vallecas, contra el Rayo, donde se salvó de irse al hoyo gracias a la derrota del Villarreal contra el Atlético. El Málaga tiene poderosas razones de índole monetario para no descabalgarse del cuarto puesto. Si juega la Champions habrá una planificación más ambiciosa que si se queda fuera. Sin Champions volarían sus mejores futbolistas y puede que su entrenador; si desciende el Granada, toda la obra del trío Pina-Cordero-Pozzo se irá al garete.

La Junta le quita el puerto y el jeque estalla

La Junta de Andalucía ha iniciado el proceso administrativo para retirar a Abdullah bin Nasser Al-Thani, propietario y presidente del Málaga, la concesión del puerto deportivo de La Bajadilla en Marbella. La Consejería de Fomento argumenta su decisión en que el sheikh tiene "abandonado" el proyecto de ampliación año y medio después de su anuncio. Ahora tiene 15 días para presentar alegaciones.También se señala que los incumplimientos del contrato, firmado en 2011, son cinco y que ya han supuesto dos multas, una de 30.000 euros y otra de 25.000 euros.La respuesta de Al-Thani en su juguete favorito, el Twitter: "Exigimos justicia a la Junta de Andalucía y muestro mi máximo apoyo a mi hermano Pellegrini y a los jugadores". Además, también dejó un mensaje que deja lugar a la incertidumbre: "Siempre os llevaré en mi corazón. Adiós a todos". ¿Despedida?