Arda Turan desató la locura en la visita del Atlético a Azerbaiyán

Arda fue el protagonista de la visita turística rojiblanca por Bakú. El futbolista colchonero fue reclamado por todos para una instantánea o un autógrafo. Las buenas relaciones de amistad entre el país del jugador y Azerbaiyán hacen que sea uno de los más conocidos y todo un ídolo. Incluso los idiomas de ambos países son muy similares por lo que pudo charlar con algunos de los hinchas que le paraban. El futbolista turco devolvió todo el cariño a los azerí siempre mostrándose solícito. Incluso un grupo de un centenar de niños acudió hasta la Plaza de la Bandera Nacional para corear el nombre del centrocampista. En todo momento Arda tuvo gestos para los escolares que aclamaban su nombre e incluso se acercó hasta ellos para saludarles. Además, en rueda de prensa agradeció el cariño demostrado: "Estoy muy feliz de estar aquí. Doy gracias por el recibimiento tan caluroso y sincero".

Azerbaiyán declaró su independencia de la URSS en 1990. Es una república con una gran región agrícola y con un crecimiento industrial importante desde su independencia. El turismo internacional es ahora su siguiente reto. La expedición del Atlético visitó los lugares más emblemáticos de su capital, Bakú. Comenzaron por el Cementerio Nacional, donde jugadores, cuerpo técnico y directiva realizaron una ofrenda floral en la tumba de Heydar Aliev, presidente del país desde 1993 hasta 2003, año de su muerte. Después, la visita discurrió por la Avenida de los Mártires (que murieron en la Guerra contra Armenia por la disputa de unos territorios) y por el Monumento a los Caídos Turcos en la I Guerra Mundial que defendieron Azerbaiyán. Allí, Arda oró por sus compatriotas y tuvo un recuerdo con ellos.

Más tarde, el Atlético visitó la Plaza de la Bandera Nacional, donde está la bandera más alta del mundo en un mástil de 162 metros y 220 toneladas. Desde allí y en la explanada del Fuego Eterno los jugadores vieron las panorámicas de la ciudad y de la bahía del mar Caspio. Uno de los edificios más impresionantes de Bakú son las tres Flame Towers. Por la noche se iluminan como llamas de fuego, pero ayer esas llamas fueron rojiblancas en honor a sus ilustres visitantes.