BETIS - DEPORTIVO
Rubén Castro contra Vázquez
El gallego hizo debutar al canario en Primera en 2002. Los goles de Rubén son parte del milagro de este Betis, concebido para salvarse de nuevo.
Fernando Vázquez contra Rubén Castro, 11 años después de que el gallego (entonces entrenando en Las Palmas) le diera una oportunidad definitiva al canario en Primera División. Rubén es el gol del Betis, 16 lleva este año, y amenaza con abortar o al menos pegarle un parón a ese milagro que Fernando anda empeñado en conseguir: la salvación del Deportivo, desahuciado hace poco hasta por los más optimistas. Los coruñeses han logrado incluso salir de los puestos de descenso, pero la jornada que culminan hoy en el Villamarín les ha sido esquiva, y para sacar de nuevo la cabeza (son decimoséptimos, con 30 puntos) deberán conseguir al menos un empate.
Seis temporadas perteneció Rubén Castro a la disciplina del Deportivo, repartidas en cesiones y condenas al ostracismo de varios entrenadores. Ninguno confió en él. Como blanquiazul, el delantero canario apenas si sumó 16 partidos de titular en Primera durante todo ese tiempo. En el Betis, con Mel, ya lleva 62 encuentros en la elite en menos de dos años. Y 32 goles, como mensaje para aquellos técnicos que renegaban de él para la categoría... Y para Del Bosque, al que aún espera convencer.
Los goles de Rubén son parte del milagro de este Betis, concebido para salvarse de nuevo, pero al que Mel ha sabido dar otra vuelta de tuerca y tiene muy arriba, a las puertas de Europa.
Goleadores en vena. Dos victorias y quizá un poco más podrían bastar a los verdiblancos para amarrar el séptimo puesto, argumento de euforia al que animan algunas otras circunstancias: la jornada fue absolutamente propicia (no ganaron Rayo, Espanyol, Getafe ni Sevilla); el Villamarín albergará tres partidos potables, ante tres de los equipos de abajo, y Pepe Mel mantiene un overbooking de futbolistas peligrosos: Campbell, Juan Carlos, Vadillo, Pabón, Molina... Y Castro, por supuesto. Hoy, alguno de ellos se deberá quedar en el banquillo.
A Vázquez (14 goles del Depor en los últimos cinco partidos) también lo están salvando los delanteros. Y respecto a la euforia y las buenas sensaciones, con Riazor entregado a la causa, ciego seguidor de su gurú, ni hablamos. Hay mimbres, pero el terreno sigue siendo muy duro, y más después de que Celta y Granada ganasen esta jornada de manera inesperada, a domicilio. Normal: sin sufrimiento no hay victoria. Que se lo pregunten a Vázquez. Que se lo digan a Rubén Castro.