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ESPANYOL 0 - GRANADA 1

El Granada golpea el sueño europeo de los pericos

Un gol de falta de Nolito sirve para que los andaluces salgan del descenso y el Espanyol, gris como el día, se aleje de la zona europea.

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El jugador del Granada, Nolito celebra con sus compañeros Siqueira y Brahimi, el gol marcado al Espanyol en Cornellà-El Prat.
El jugador del Granada, Nolito celebra con sus compañeros Siqueira y Brahimi, el gol marcado al Espanyol en Cornellà-El Prat.Alberto EstévezEFE

Solo con el agua al cuello los equipos dan lo mejor de sí mismos. Así se resume el triunfo del Granada, que le saca de la zona de descenso, en Cornellà-El Prat, ante un Espanyol que se aleja de su sueño europeo en su primer intento. El día estuvo gris, frío, propio de un invierno que queda lejos en el calendario pero que ayer irrumpió en Barcelona y en el Espanyol, al que no se le puede reprochar el ímpetu, sí lo inoportuno de la derrota. El perico se pregunta si su equipo hubiese perdido también jugándose el descenso. No se lo pregunta el Granada, contento como unas pascuas con una victoria con suerte: Nolito marcó en su único lanzamiento a puerta.

Ficha técnica:

0. RCD Espanyol: Kiko Casilla; Javi López, Forlín, Héctor Moreno, Capdevila; Víctor Sánchez (Petrov, min.55), Baena; Stuani, Verdú, Wakaso y Sergio García. 1. Granada CF: Roberto; Nyom, Diakhate, Mainz, Siqueira; Iriney, Mikel Rico; Torje (J.M.Ortiz, min.75), Brahimi (Ighalo, min.66), Nolito y El Arabi (Aranda, min.81). Gol: 0-1, min.37: Nolito. Árbitro: Velasco Carballo (comité madrileño). Amonestó a Roberto (min.45), Capdevila (min.84) y Wakaso (min.85). Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo tercera jornada de la Liga, disputado en el estadio de Cornellá-El Prat ante 18.506 espectadores.

El gol de Nolito y un remate de cabeza de Héctor Moreno que rechazó Roberto fueron los únicos lanzamientos a puerta en una primera parte insulsa. El Espanyol mostró su versión más estética, recuperando el buen gusto de Pochettino, su anterior técnico, intentando tejer las jugadas desde la defensa. Y eso que en el minuto 3 el juego le había mostrado otros caminos más efectivos: Roberto tuvo que salir a un pelotazo largo de Stuani que Sergio estuvo a punto de aprovechar gracias a su velocidad.

Pero el ovillo perico siempre se enredaba en el mismo punto, en la zona de tres cuartos de campo. Unas veces por errores en los pases de Forlín, ayer central, y Baena, y otras por la falta de profundidad de los laterales. Fue un Espanyol menos directo y práctico, los conceptos que le han sacado del pozo y lo han trasladado a las puertas de Europa. El equipo perico avanzaba al ritmo de un motivado Verdú, el que más corrió, pero el Granada conquistó metro a metro su zona defensiva a medida que pasaban los minutos. Lo tenían claro los de Alcaraz, incapaces de construir jugadas y de salir al contraataque, punzantes en la única jugada de peligro que crearon. Una falta de Víctor Sánchez a cinco metros del área le sirvió a Nolito para adelantar a su equipo en un precioso disparo que tocó el larguero antes de acomodarse en la red. Un premio a la cautela, al valor defensivo, que dejó más helados de los que ya estaban a los hinchas pericos, en un mediodía invernal, como sila Navidad estuviese próxima. Para el Granada los tres puntos eran el Gordo. Prueba de ello es que desde ese instante se dedicaron a perder tiempo: así vio Roberto la amarilla en el minuto 45.

El guion se mantuvo en el segundo acto, pero el Espanyol, consciente de que Europa exige sumar en cada jornada, dio un paso adelante. Aguirre quitó a Víctor y metió a Petrov, un estorbo desde que llegó en enero. También ayer. Los pericos se desbocaron, aumentaron la intensidad y comenzaron a colgar balones. Pero Alcaraz tejió una tela de araña irrompible. Le exigió al Espanyol precisión y calidad, y fallaron los pericos por los costados. Baena lo intentó de lejos pero fue Wakaso el que estuvo a punto de empatar en una excelente combinación entre él, Sergio y Stuani. Diakhaté y Mainz, impecables todo el partido, sacaron el peligro.

Aguirre acontecía impasible en el área técnica mientras que Alcaraz vivía el partido con nervios. El Granada no salió ni al contraataque, se limitó a defender con orden y a no cometer errores, suficiente para ganar a un Espanyol que recordó, por momentos, al que comenzó la temporada. Triste y gris, como el día.