RADIO
“Acento Robinson’ es un reto muy apasionante para mí”
Michael Robinson debutó hace dos viernes “ante la alcachofa amarilla”. Se siente ‘rookie’. Llega con ganas de llenar las ondas con esas historias de héroes del deporte que nadie cuenta como él.
¿Cómo le llegó ‘Acento Robinson’?
Fue un poco extraño. En Miami había una tele interesada en Informe Robinson, pero me querían a mí más que al programa. Dije que no, que soy muy feliz donde estoy, pero me dijeron: “Nos gustaría que hicieras un programa de radio, como una postal desde Europa”. Cogí el teléfono y llamé a Lluis Pi (director de antena de la SER): “Quieren que haga un programa de radio en Miami”. Y él respondió: “¿En Miami? ¿Y por qué no para nosotros?”.
¿Y qué se siente ante la alcachofa amarilla?
Siento cosquilleo, mariposas en el vientre, cuando me acerco. También entiendo lo que supone hablar ante este micrófono. Por momentos he pensado que Luis Pi ha perdido el juicio, pero disfruto con su apuesta.
¿Qué diferencia ‘Acento Robinson’ de ‘Informe Robinson’?
En Informe Robinson contamos historias humanas mensualmente y de forma muy internacional. La radio es otro medio. Y todos los que hacemos Acento Robinson nunca habíamos hecho radio. Yo había hablado. Pero una cosa es hablar y otra hacer un programa. En todos los sentidos, Acento Robinson es un reto apasionante.
¿Lo más difícil de enfrentarse a un micrófono?
Es muy extraño porque no es mi medio natural. Tengo cien palabras en castellano y noventa son tacos… (risas) Y esto es casi un impedimento. Pero estoy aprendiendo de esos héroes que encuentro en el deporte. He visto a mucha gente saltar listones muy altos y convertir sus defectos en virtudes. Aprendo. Ahora me toca saltar a mí uno de esos obstáculos y enfrentarme a ese medio extraño para mí, la radio.
¿Se siente un ‘rookie’?
Absolutamente. La técnica de comunicación en la radio no tiene nada que ver con la tele. Y viceversa. En la tele tengo la suerte de tener brillantes realizadores y cámaras que hacen que el plano esté perfecto para que no tengamos que hablar. Y claro... Esos juguetes no los tengo en la radio.
¿Cuáles serán en la radio?
La música y un acento, no necesariamente como yo hablo, sino cómo pienso, cómo miro. Pero, quizá, el nombre es un arma de doble filo. Me sorprendió que lo llamaran Acento Robinson. ¡Yo pensaba que no tenía acento!
¿Alguna vez alguien le dijo: “Michael aprende español”?
Al revés. Me acuerdo que, en mi primer año en Canal+, estaba aprendiendo a hablarlo mucho mejor y me preguntaron: “¿Dónde vas de vacaciones?”. “A Marbella”. “No, por Dios, no. Vete a Inglaterra. Pierde un poco. Hay que oxidar más el castellano...” (risas). La verdad es que llevo 23 años con el placer de trabajar en este grupo y nunca nadie me ha dicho ni lo que debo decir o no, ni cómo debo decirlo. Me siento un hombre muy afortunado.