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Racing

Alejandro Menéndez dedica el día a la terapia individualizada

El gijonés es de los técnicos a los que gusta conversar mucho de manera individualizada con el futbolista, y en muchas ocasiones lo hace delante de todo el mundo.

"SI HACE FALTA ME PINCHO". Eso dijo Crespí al míster ayer mientras corrían.

El tam-tam del vestuario da por hecho que Menéndez, por fin, va a mover el árbol. Se lo huelen. Desde que llegó el asturiano vienen jugando, casi, los mismos y eso, ante el Barcelona B, el viernes, parece que no va a ser así. Por eso, cada pequeña charla de las muchas que ayer prodigó en míster sobre el terreno de juego fue escrutada con atención por todos los que estaban en la sesión.

El gijonés es de los técnicos a los que gusta conversar mucho de manera individualizada con el futbolista, y en muchas ocasiones lo hace delante de todo el mundo. Ayer, en ese sentido, se empleó a fondo y hubo algunas conversaciones que parecieron especialmente reveladores: las que mantuvo con Gai Assulin y Andrija Kaludjerovic. Hubo algunas más, e incluso se animó a correr una vuelta completa al campo con Martí Crespí, quien pese a no calzarse todavía las botas de tacos, ya realizó carrera continua sobre el césped.

Rondos. La sesión de ayer, que comenzó con teórica en el vestuario, la dedicó el entrenador a trabajar el físico al estilo de como lo hacía Unzué o, lo que es lo mismo, la escuela del Barça: con el balón. El rondo es el inicio de todo. No hacen carrera de fondo como con Fabri, ni gimnasio como con Gay. Ahora, rondos. Luego, eso sí, minipartidillo para los suplentes el domingo y sesión de remates para los delanteros que jugaron (y no marcaron) contra el Villarreal.