ZARAGOZA
Agapito Iglesias aplaza a hoy la decisión sobre Manolo Jiménez
La cúpula del Real Zaragoza decidió tomarse la jornada de ayer de reflexión sobre el futuro de Manolo Jiménez, cuyo despido es altamente probable tras los últimos partidos.
El futuro de Manolo Jiménez en el Real Zaragoza pende de un hilo, y se decidirá a lo largo de la jornada de hoy: aunque ayer no hubo una decisión oficial, todo apunta a que el entrenador dejará su puesto y que el cambio se hará oficial hoy. El mejor colocado para sustituir a Manolo Jiménez es el aragonés Víctor Muñoz, ya definitivamente desligado del Sion suizo, pero a la hora de cerrar esta edición no se había establecido ningún contacto entre las partes.
El presidente Fernando Molinos volvió a pedir tiempo a la llegada del equipo a Zaragoza procedente de Vigo: "Las medidas precipitadas no son acertadas y nuestra preocupación y obligación ahora mismo es intentar tomar la mejor decisión. Tenemos que esperar unas horas para hacer una reflexión más profunda", dijo.
Jiménez renovó tres años con el Zaragoza el pasado verano, tras salvarlo de forma milagrosa del descenso. Ahora lleva 15 partidos sin ganar. El tercer año es opcional, así que la negociación para su salida depende de que se alcance un acuerdo sobre el segundo año del contrato, que contempla un salario de 1.300.000 euros brutos en Primera División y de 650.000 en Segunda División. Curiosa cláusula que se recogió en el acuerdo entre Agapito Iglesias y el representante del entrenador andaluz, Carlos Bucero, y que le da cierto margen de negociación para el finiquito.
Manolo Jiménez ha reiterado hasta en dos ocasiones su firme propósito de no presentar su dimisión, aunque hay que recordar una frase que él mismo pronunció cuando el descenso no acogotaba precisamente al Real Zaragoza. "Si llegara el momento, yo mismo sabría cuando irme", llegó a señalar.
Para todos los principales del Zaragoza (Agapito Iglesias, en primer término, pero también Fernando Molinos y Luis Carlos Cuartero), ese momento ya se ha rebasado. Pero hay un contrato firmado y hay que negociar antes el finiquito.
Con Agapito todo es posible, y sus vaivenes son sobradamente conocidos, especialmente cuando se trata de despedir a un entrenador, pero hasta el empresario soriano tiene ya la certeza de que con Jiménez el equipo no levantará el vuelo. Su tiempo se ha acabado.