Los Cármenes, el origen del problema del Granada

Es casi un milagro sobrevivir al desastre de Los Cármenes. Si el secreto del Granada en los últimos años fue su solidez en casa, esta temporada está sufriendo un calvario cada vez que juega como local, donde ha perdido la friolera de siete partidos en lo que va de campeonato. Es más, el equipo dirigido primero por Anquela y luego por Alcaraz sólo ha sido capaz de ganar tres partidos en su feudo, tres partidos de dieciséis jugados. En suma, el Granada ha ganado tres encuentros, empatado seis y perdido siete, para un total de 15 puntos de 48 posibles. Una ruina para las cuentas de la temporada, una detonación en la base del argumentario futbolístico. Ante su público, el Granada ha ganado a Celta, Rayo Vallecano y Real Madrid; ha empatado frente a Sevilla, Deportivo, Espanyol, Real Sociedad, Levante y Valladolid; y ha perdido ante Zaragoza, Athletic de Bilbao, Atlético de Madrid, Valencia, Barcelona, Mallorca y Betis.

Pero no sólo ha sido una cuestión de malos resultados encadenados sino que el cuadro rojiblanco apenas se ha sentido cómodo en su casa ni ha sido capaz de tejer su fútbol. Sin identidad ni confianza. Con este panorama, conectar con la grada ha sido prácticamente una quimera. La química, la conexión entre el campo y el público tan celebrada en otras ocasiones se ha producido en este curso con cuentagotas. Podría decirse que la afición ha disfrutado de pocas alegrías pero también es justo decir que ha sido capaz de encajar con entereza muchas tardes de mal fútbol y horarios peores. Sólo las victorias frente al Rayo y el Real Madrid dibujaron la sonrisa en la cara de los seguidores granadinistas, que este año se han doctorado en el 'arte de sufrir en Primera División'. Si el Granada sigue a flote es gracias a su mejor rendimiento como visitante. A domicilio ha ganado cuatro partidos, uno más que en Los Cármenes, ante Mallorca, Betis, Osasuna y Deportivo de la Coruña.