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EL CARRUSEL

Mesut Özil habla otro idioma

Iguales puntos de diferencia, pero con una jornada menos. Madrid y Barça sestearon antes de su semana de Champions y ganaron con lo justo a Betis y Levante.

Mesut Özil habla otro idioma

Los grandes jugadores y el valor de Fàbregas

Hay jugadores tocados por una varita mágica, decisivos hasta cuando no están bien, estrellas pese a no intuirlo. Fàbregas es uno de ellos. Siempre lo fue. Sin estar en su mejor momento, más bien lejos de él, rescató al Barça como otras veces a su club y a la Selección. Quién no recuerda su jugada en el primer gol de España en la final de la Eurocopa, jugando como falso nueve. O sus exhibiciones con el Arsenal siendo un adolescente. O su premio a mejor jugador y máximo goleador del Mundial Sub-17 de 2003. Juegue mal o bien, Cesc siempre está ahí. Aparece, sentencia, decide. No se sabe bien por qué, pero con él siempre ocurre. Tiene ese aura diferente.

Porteros que a la vez crean más porteros

Un portero quiere serlo porque ve a otro, normalmente legendario. Los porteros idolatran más a los iconos que los jugadores de campo. Es así. Necesitan espejos. El osasunista Andrés Fernández lo padeció de niño. Empezó practicando fútbol sala como jugador de campo, pero la falta de un portero en el equipo de los mayores le llevó a ocupar ese ingrato puesto. Para aprender y mejorar, se fijó enseguida en Molina y Cañizares, a los que acabó por tener adoración. También por Casillas, que debutó en el Madrid cuando para Andrés aún era un sueño llegar a lo más alto del fútbol español. Ahora ese sueño se ha hecho realidad. Y ahora es él quien ejerce de espejo para otros.

Llorente, el fútbol moderno y las miras del futuro

Solo Llorente y su entorno saben lo que el jugador ha vivido durante este último año de contrato en el Athletic. El club no quiso venderlo cuando había opción y apeló para ello a la romántica idea de que no hay mayor mira para un jugador formado en Lezama que jugar en el Athletic. Suena bien, pero en los tiempos que corren es una utopía. Sirva el ejemplo de Javi Martínez, a las puertas de completar un triplete con el Bayern que a día de hoy es imposible para los bilbaínos. Llorente quería lo mismo, llegar a la Selección y no ser un invitado sin hoja de ruta a nivel de clubes. Es cuestión de superación personal. Como el directivo de la BBK al que le llega una oferta de Deutsche Bank o al de Iberdrola que se ve tentado por Gazprom. ¿Quién diría que no?

Alberto: un '3' que salió del barrio

Emery se ha sacado de la manga un lateral izquierdo que nunca lo fue. Se trata de Alberto Moreno, el joven sevillista que se ha instalado en esa posición en el primer equipo e incluso en la Sub-21. Alberto empezó a jugar en las calles de su barrio del Cerro del Águila, como otros muchos chicos de su edad. Cuando llegaba del colegio dedicaba la tarde entera a darle patadas a un balón. En el Cerro, el equipo de su barrio, se destacó como un delantero rápido y goleador. Cuentan que un año, en alevines, llegó a marcar 52 goles. De ahí que el Sevilla lo fichara en tan tierna edad y le permitiera madurar como jugador en sus categorías inferiores. Primero como delantero, después como extremo. Al principio en categorías bajas, luego ya en División de Honor juvenil y en el filial. Así hasta que hace poco, estando en la ducha tras un entrenamiento, su técnico en el Sevilla Atlético le dijo que Emery le quería llevar a Bilbao. Y como lateral, nada de otras cosas. Un flechazo. Un arrebato. Una bendición para el futuro del sevillismo.

El viejo choque entre promesas y técnicos

La falta de minutos está marcando la temporada de Sarabia. Cuesta entender que un jugador de su potencial no cuente con la confianza del técnico, Luis García. ¿Qué pasa? Historias así las hubo siempre: jóvenes de calidad que se topan con entrenadores que desconfían de ellos. A Mata le sucedió con Quique Sánchez Flores. A Cazorla con Pellegrini, aún en el Villarreal. Descuidar a gente de un futuro tan grande marca el currículum de los entrenadores casi sin pretenderlo. Luis García se expone a eso con el mediapunta zurdo, al que no termina de meter en su cuerda. El talento hay que domesticarlo, no ponerle freno. Eso se supone. Y Sarabia tiene mucho.

Bernat: siguiendo los pasos de Jordi Alba

Por el Valencia han pasado en los últimos años algunos de los jóvenes que más evolucionaron en nuestro fútbol: Albiol, Silva, Mata, Jordi Alba... La crisis económica que acucia a la entidad obligó a vender a todos ellos, pero la filosofía perdura con otros. Es el caso de Juan Bernat. El extremo zurdo volvió a tener minutos ante el Málaga y dejó detalles. Haría bien el Valencia en seguir con él los mismos pasos que dio con Jordi Alba. Extremo rápido y habilidoso en sus inicios, lateral fugaz e imparable según vaya madurando. El perfil de ambos se asemeja: zurdos, veloces, pequeños. Convertir a Bernat en Jordi Alba es el nuevo reto. Copiar la fórmula cobra sentido.

El Arabi: 'sacrificios' por ser profesional

Ser futbolista implica sacrificios. Afrontarlos marca la madurez de las promesas. Algunas se dan cuenta antes que otras y las hay que nunca se implican lo suficiente. El delantero del Granada El Arabi estuvo a punto de ser uno de esos casos. Hijo de inmigrantes marroquíes en África, sus entrenadores sabían del talento que atesoraba cuando jugaba en el modesto Mondeville. Sin embargo, le faltaba compromiso. Llegaba tarde a entrenar, dedicaba más tiempo a los amigos que al fútbol y no se aplicaba lo suficiente. Hasta que se dio cuenta. Tenía ya 22 años, pero su gran calidad le llevo a la élite. La calidad que demanda el Granada de él para
salvarse.

El personaje: Özil

Özil pone de acuerdo a cualquier asamblea, como los grandes oradores. Si el Madrid no tiene un buen día y se suscita el debate, basta una frase futbolística suya para crear el quórum entre los aficionados, madridistas o no. Ni siquiera necesita un partido completo, una gran gesta. Le vale con intervenir puntualmente, al estilo de los mejores pensadores, para demostrar que su idioma es distinto al del resto. El Madrid celebra esto. También que cada vez sean menos frecuentes aquellos paquetes de partidos en los que no había noticias de él. Ahora es muy difícil olvidarse un mes de Özil y esa regularidad le hace aún mejor jugador. Y que hable cuanto quiera. Oírle sobre el campo da gusto.