Osasuna y Real fueron incapaces de decantar un partido ingobernable, de ida y vuelta , con muchos más riesgos que beneficios supone este punto para cualquiera de los dos equipos. Fue una Real diferente a la habitual. Montanier cubrió las bajas de Illarramendi y Zurutuza formando un doble pivote con Markel y Elustondo , el más siderúrgico de los posibles.
Eso impidió que el conjunto txuri-urdin se defendiera con balón —como más le gusta— y el partido se convirtió en un correcalles que no le convenía. A Osasuna no le importó. Pese a que estaba condenado a sufrir ante Vela , Griezmann y Agirretxe , los de Mendilibar tendrían más opciones de sacar algo positivo en un escenario así.
La Real avisó primero con un disparo de Griezmann que repelió Andrés , pero los centros por la izquierda de Nano y los mano a mano de De las Cuevas con Carlos Martínez nivelaron enseguida el nivel de sustos. En plena lluvia de contragolpes , la ocasión más clara del partido llegó curiosamente en un córner. Agirretxe remató al palo y Xabi Prieto recogió el rechace en posición franca, aunque se encontró de nuevo con un enorme Andrés .
El paso de los minutos agudizó la tendencia de un duelo inesperadamente abierto . Cada envite de la Real tenía como contestación uno de Osasuna —o viceversa— y el desenlace era incierto . El ritmo trepidante de Loe y Silva en mediocampo desbordó a Markel y Elustondo cuando a los realistas les convenía precisamente lo contrario, dormir el partido y amasarlo.
Lo intentó en los últimos minutos Montanier metiendo a Griezmann por dentro, aunque las ocasiones de Ifrán y Agirretxe no dejaron como premio el gol. Tampoco llegó el de Osasuna, que lo tuvo en un tiro de Cejudo . Y así concluyó un partido ingobernable y loco, incluso demasiado para lo mucho que había en juego. A ambos les toca seguir remando.