SEVILLA 0 - ATLÉTICO 1
Falcao y Courtois dejan al Atleti a centímetros de la Champions
Partido muy enredado que se resolvió con un gol del colombiano que debió ser anulado por mano previa de Mario. Excelente actuación del portero belga.
Fue un partido de fútbol, sí, pero americano: infinidad de choques, pocos pases y cuatro intentos para intentar avanzar diez yardas, sin conseguirlo la mayoría de las veces. Que acabase sin expulsados ni lesionados fue un milagro. Que lo decidiera un gol polémico, de Falcao tras mano de Mario Suárez, el desenlace apropiado para semejante desbarajuste. Que Courtois volviera a salvar tres puntos que dejan al Atleti a milímetros de la Champions (puede asegurar la tercera plaza la próxima jornada), una bendita rutina para los del Simeone. Menudo portero.
El partido fue feo, tan incómodo de ver como a tus padres poniéndose cariñosos. El Sevilla tenía el balón, pero sólo Rakitic le trataba con el suficiente respeto como para evitar una denuncia. Con Reyes y Navas desaparecidos, Negredo se desesperaba. Aun así, como buen superviviente de élite, se inventó la mejor ocasión de la primera parte con una maniobra maestra entre Juanfran y Miranda, pero remató alto. El Atleti, mientras, no quería saber nada de la pelota (pírrico 27% de posesión en el partido), poniendo en duda la decisión de Simeone de volver a alejar a Koke de la sala de máquinas. La nada.
Casi toda la batalla giró en torno a Diego Costa, el personaje, no el estupendo futbolista. Desde el primer minuto le buscó el Sevilla, muy fresca en la memoria la escabechina que le provocó en la Copa, entre goles y expulsiones provocadas. Y cuando buscas a Diego Costa, le encuentras. Siempre. Puede tardar 10 minutos o una hora, pero antes o después acaba siendo incapaz de contener sus demonios internos. A una amarilla de perderse el derbi del próximo sábado, cualquier atlético sabía que no lo jugaría por culpa propia o ajena. Así fue.
Cala fue esta vez su némesis. Aprovechando que pegar a Diego Costa es barato, se las tuvo tiesas con él desde el primer salto. Y según transcurrían los minutos se podía ver como empezaba a salir humo de las orejas del brasileño, cada vez más cerca del punto de ebullición que lo provocó un error de González González, superado toda la noche. Kondogbia se fue al suelo ante la presión de Costa, no era falta y no pitó el árbitro, que de inmediato se lo pensó mejor y mostró la fatídica amarilla al del Atleti. Pero Diego Costa tardó un instante en quitar las ganas de defenderle al fingir una agresión de Cala que pudo (debió) costarle la segunda amarilla. Cuando Simeone le quitó, le negó el saludo a Cala y se encaró con la grada. Hace muy difícil defenderle. El Atleti necesita darle un Valium urgentemente por el bien de la imagen del club y el futuro del futbolista.
No fue casualidad que se fuera Costa y, al fin, empezara el fútbol. El último cuarto de hora valió más que todo lo anterior. A los 76’ llegó el gol. Buena arrancada de Adrián, cuyo centro lo despeja Cala... al brazo de Mario Suárez. El árbitro no pita la mano, el balón regresa a Adrián, que la pone para que Raúl García volee y Falcao (muy activo toda la noche) remache en posición legal. Lleva ya 25 goles en LIga, una barbaridad. El Sevilla clamó con motivo, pero se sobrepuso. Buscó y mereció el empate, pero allí estaba Courtois, que ya llevaba una muesca en el cabecero ante un cabezazo de Coke. En los últimos cinco minutos frustró a Kondogbia, Negredo y, sobre todo, Rakitic, rozando lo justo una falta directa que iba a la red y acabó en el larguero. Ganó el Atleti que llega al derbi rozando la Champions y con el segundo puesto a tiro. Quizás no sea bonita, pero su temporada es fabulosa.