¿A qué se dedica ahora, Rinat? Después de ser asistente en la selección rusa (2003-2005) y asistente y entrenador de porteros en el Torpedo de Moscú (2007-2012), ahora trabajo para el Spartak con la academia que lleva mi nombre, en la que soy seleccionador de porteros de las categorías inferiores y doy 'masterclass' a otros entrenadores.
El segundo futbolista con más partidos en la URSS tras Blokhin Rinat Dassaev (17-06-1957) empezó a jugar en el equipo de su ciudad, el Volgar Astrakán, y enseguida empezó a despuntar, hasta el punto que dos años después de llegar al primer equipo (de 1975 a 1977) fichó por el Spartak de Moscú, en el que militó nueve temporadas (de 1978 a 1987). Con el conjunto moscovita ganó cinco ligas y fue elegido mejor portero de la extinta Unión Soviética seis veces en ochos años (1980, 82, 83, 85, 87 y 1988). Formó parte de la selección soviética que logró la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Moscú y defendió la portería de la URSS en 91 ocasiones, entre 1979 y 1990, siendo el segundo futbolista soviético de la historia con más internacionalidades tras Oleg Blokhin. Fue subcampeón en la Eurocopa de 1988 y además participó en los Mundiales de 1982, 1986 y 1990, siempre con la URSS.
Su hija Elmira ha sido la número 1 del aeróbic mundial con España Cuando Dassaev llegó a España, estaba casado con Nela, que había sido gimnasta en su país y entrenadora de rítmica, y tenían dos hijas, Elmira y Cristina. Rinat y su mujer se separaron en su último año en Sevilla: él volvió a Moscú con nueva pareja, una sevillana que había conocido en la capital hispalense, con la que tiene cuatro hijos. Su exmujer se instaló en Zaragoza con las niñas. Elmira ha sido muy importante en el aeróbic compitiendo por España, de hecho llegó a ocupar el primer peldaño del escalafón mundial, mientras que su hermana Cristina también llegó a competir por nuestro país en gimnasia rítmica. Rinat reconoce no tener contacto con ellas.
Rinat Dassaev ha sido uno de los mejores porteros de la historia del fútbol y de la Unión Soviética. ¿Le comparaban mucho con Yashin, 'La Araña Negra'? Las comparaciones eran inevitables, porque su figura ha sido muy grande en la URSS y en el fútbol mundial...
...pero, ¿era difícil para usted convivir con esa presión? No, porque no la tenía. Al contrario, era un honor que cada vez que hablaran de mí saliera a relucir la figura de Lev Yashin. Yo era joven cuando le conocí, pero siempre daba consejos, era una persona muy sencilla. Me ayudó mucho en los Juegos Olímpicos de Moscú (la URSS fue medalla de bronce) y en el Mundial de España.
Usted es de etnia tártara. ¿Tuvo algún problema cuando empezó a jugar al fútbol por esta razón? Ninguno, siempre fui respetado.
¿Qué opinión tiene de cómo ha cambiado el fútbol en su país desde que usted jugaba, en la extinta URSS, hasta la actualidad? Es irreconocible, pero ha sido algo paralelo a cómo ha cambiado el país. Ahora hay muchos extranjeros, de los que por supuesto no estoy en contra, porque aportan cosas diferentes, pero el fútbol actual tiene como principal objetivo conseguir los tres puntos y cuando yo jugaba, lo principal era el espectáculo, eso de defender un resultado no existía tan descaradamente.
¿Qué explicación da a que la selección rusa, desde que existe como tal, siempre ofrece menos de las expectativas que crea en mundiales y eurocopas? Aquí nos preguntamos lo mismo en los últimos años: tenemos talento, se trabaja bien en las categorías inferiores, pero después, por unas circunstancias u otras, no llegamos tan lejos como esperamos. A ver si tenemos suerte en la Euro de Francia, en 2016 y, sobre todo, en el Mundial que organiza mi país en 2018.
En 1988, la URSS volvía a ser finalista de una Eurocopa, 16 años después. Se enfrentaron a Holanda y perdieron 2-0. ¿Cuántas veces ha recordado aquel maravilloso gol de Van Basten? (risas). Muchas, demasiadas. La verdad es que marcó un golazo, no me esperaba que enganchara esa volea tan escorado y con un jugador marcándole; Van Basten era un delantero soberbio, aunque en esos golpeos también se debe tener un poco de suerte. Holanda tenía una selección con una calidad individual y colectiva magnífica, aunque nosotros también, lo único que ocurrió es que ellos fueron más efectivos que nosotros. Creamos mucha ilusión y la decepción fue importante.
Hablemos de su llegada al Sevilla en 1988. ¿Cómo fue su fichaje? Recuerdo que el club ofreció mucho dinero por mí, más de dos millones de dólares (unos 30 millones de las antiguas pesetas, cerca de 200.000 euros), que fue bastante para la época. Cuando llegué al aeropuerto de San Pablo, me esperaban muchísimos aficionados (se cifraron en más de 3.000) y aquello me impactó. Empezó siendo un matrimonio perfecto, porque yo tenía muchas ganas de jugar en España y el Sevilla apostó muy fuerte por mí.
Oiga, y un portero con tanto caché a nivel internacional como usted, ¿no tuvo ofertas de otros clubes importantes de Europa? El Manchester United también me quiso, pero no llegó al dinero que pagó el Sevilla.
¿Quién le ayudó más en esos primeros meses? Todo el mundo, desde los aficionados hasta el último empelado del club, pasando por los compañeros, Manolo Jiménez, Diego, Salguero... el primer míster que tuve allí, Azkargorta. Lástima que no pudimos conseguir grandes cosas en la Liga.
¿Cuándo le empezaron a llamar 'Rafaé'? Al poco de llegar, ya sabe la gracia que tienen los de allí, aunque tardé en darme cuenta, porque aprendí español casi al año de estar en Sevilla y muchas veces me lo llamaban en el estadio y no entendía lo que decían.
No era raro verle vestir de amarillo. Entiendo que no era supersticioso... ¡No, para nada! Era una cuestión de la firma deportiva: una veces de azul, de gris, de amarillo, que me gustaba.
¿Qué pasó para que su último año y medio en el Sevilla fuera tan difícil? Tuve pocas oportunidades de jugar, una lesión de rodilla importante, problemas personales, ya que me separé de mi primera mujer, después la tienda de deportes que puse no fue bien, un antiguo amigo me engañó...
Y tuvo que dejar el fútbol... Yo quería haber jugado más, porque me sentía con fuerzas para ello, pero lo más grave es que cogí una depresión importante y gracias a mi segunda mujer y a amigos y familiares pude salir de ella y volver a Rusia.
¿Es cierto que por culpa de esa depresión tuvo problemas con el alcohol? No, aquello fue una invención de algunos periodistas de Sevilla.
¿Y cómo explica los dos accidentes de automóvil que tuvo en el mismo sitio, en el foso de la antigua Fábrica de Tabacos? Casualidad.
Para Dassaev, ¿quién o quiénes son los mejores porteros del mundo? Cech y Buffon.
¿Y Casillas? Es un gran portero, eso es indudable.
Gracias. A usted.