Una última bala para vivir

Ganar o morir. Esa es la cuestión. Son Moix vivirá esta noche el duelo más dramático de toda la temporada. Los dos últimos equipos del campeonato se enfrentan en la que será, con casi total seguridad, su última oportunidad para continuar en pie en su camino hacia la supervivencia. El que pierda, quedará herido de muerte, sin margen para la reacción. Mallorca y Celta ya no pueden fallar más, están obligados a ganar. Ni siquiera el empate parece ser un buen resultado. Cuando estás al borde del abismo, ya no está permitido titubear lo más mínimo. Sólo valen pasos en firme.

La ansiedad y los nervios jugarán hoy un papel determinante, casi decisivo. Abel parece ser consciente de ello. Casualidad o no, el caso es que esta misma semana ha contratado los servicios de un psicólogo para reforzar el estado anímico de los suyos. Manzano, un experto en motivación, contará con la complicidad de la afición. A pesar de ser lunes, el público balear se entregará a la causa y Son Moix rozará el lleno. En Vigo también hicieron lo propio y medio millar de celtistas arroparon ayer a su equipo en el último entrenamiento de la semana. Jugadores de uno y otro bando ya no tienen excusas para emplearse a fondo.

Cambios. Es evidente que Mallorca y Celta no han escogido la senda correcta. Necesitan variar su ruta para encontrar el camino adecuado hacia la salvación. Sus técnicos parecen haberse dado cuenta de ello y preparan varios cambios para este encuentro tan importante. Abel variará su sistema y dará entrada a hombres de refresco para intentar encontrar la brújula indicada. El gran partido de Jonathan Vila ante el Rayo le otorgará un hueco en el once. Con Demidov lesionado, Túñez y Cabral se disputan el otro puesto de central. En el mediocampo Natxo Insa formará trivote junto a Oubiña y Álex López. Por último, Bermejo relevará al decepcionante Park como referencia en ataque.

Manzano también prepara varios cambios, pero ha escondido muy bien sus cartas. Nunes podría ser suplente.

Medio millar de celtistas arroparon a su equipo antes de viajar

La afición del Celta no está dispuesta a rendirse, pese a la crítica situación que vive su equipo. Ayer lo volvieron a demostrar. Medio millar de seguidores del equipo vigués acudieron al último entrenamiento que realizaron los de Abel Resino en las instalaciones deportivas de A Madroa y arroparon a su equipo en todo momento. Los futbolistas vigueses recibieron una motivación extra antes de afrontar un encuentro decisivo a domicilio. Los duelos lejos de Balaídos son el gran problema de este Celta. Sólo han sumado 4 puntos de los 45 disputados.