Las urgencias y las rotaciones

Zaragoza y Barcelona se citan esta tarde en La Romareda con sensaciones absolutamente contrapuestas. La ventaja que el equipo catalán le saca al segundo clasificado y el torazo que asoma en Europa en forma de Bayern Múnich llevarán al equipo barcelonista a reservar muchos jugadores, más allá de los lesionados, y dar carta blanca a las rotaciones. No quiere eso decir que no vayan a luchar por el triunfo, porque una de las consignas del vestuario es la de que hay que ganar el campeonato cuanto antes, pero esa castaña va a tener que ser asada por los artistas de reparto.

Por su parte, el Zaragoza vive la cita con dramatismo. El equipo ha ido complicándose progresivamente la vida hasta que ayer, el triunfo del Deportivo en el campo del Levante, situó a los blanquillos ya en posición de descenso a ocho jornadas del final del campeonato. No es la primera vez que esto pasa en Zaragoza, pero la tendencia de este curso es inversa a la de los anteriores.

Si fuera cierto eso de que en el fútbol gana siempre el que está más necesitado, el Zaragoza tendría los tres puntos en el bolsillo, pero aunque vaya con los suplentes, el Barça sigue siendo mucho Barça.

Descansos. Después del agónico partido de cuartos de final ante el París Saint Germain, Vilanova ha decidido dar descanso a alguna de sus piezas más insustituibles. Así pues, Jordi Alba e Iniesta se quedan en Barcelona, mientras que Messi sigue con el plan de reserva y no se le espera hasta Múnich a pesar de que según los médicos está bien. Caso aparte son las bajas de Busquets y Pinto, ambos andan tocados y no se quiere arriesgar con ellos. Los jugadores del filial Oier (portero) y Sergi Roberto, que podría jugar de inicio, son los encargados de cubrir ambas ausencias.

A estas bajas se unen las ya conocidas de larga duración de Mascherano y Puyol, que hacen que la confección de la defensa barcelonista sea un sudoku que puede aligerar las urgencias del Zaragoza.

Vilanova, el último cartucho para tratar de convencer a Valdés

La junta directiva del Barcelona ha tirado la toalla para tratar de convencer a Valdés de que reconsidere su postura de abandonar el equipo al final de su contrato, o antes si llegase una oferta interesante. Los intentos de aproximación al jugador por parte del propio presidente y otros miembros de la junta han pinchado en hueso. La última esperanza para tratar de que siga en el equipo está en manos de Tito Vilanova. El entrenador barcelonista, que se ha reincorporado al trabajo tras su cura en Nueva York, es el último cartucho del club. Valdés, que hoy vuelve al equipo en Liga tras cumplir su sanción, tiene previsto escuchar al técnico la próxima semana.