El PSG llevó al Barcelona a exhibir su peor versión del curso

Tenemos que ser dominadores del juego. Si perdemos el control y el partido es de ida y vuelta, no tenemos nada que hacer". Son palabras de Pep Guardiola de hace cuatro años, cuando aquella agónica semifinal de Champions ante el Chelsea.

Esa era la filosofía del Barça de Pep que a día de hoy sigue vigente en el de Vilanova. Identidad que quedó plasmada durante el partido de vuelta de los cuartos de final ante el Milán, donde el conjunto azulgrana hizo el encuentro perfecto. Posesión de balón del 68,52 por ciento, pocas fugas por parte de hombres clave en la materia como Busquets, infinidad de pases bien finalizados por Xavi, el propio Busquets o Iniesta... En definitiva, al Barcelona le sobró todo lo que le faltó el pasado miércoles frente al Paris Saint-Germain. Dejando al margen la sensible ausencia de Messi, contra los parisinos el Barça perdió por completo el control del partido, le faltó intensidad y, por ende, perdió un gran número de balones en el centro del campo. Tuvo la posesión (63,51 por cien), pero su dominio fue improductivo. Mucho pase en horizontal, poca verticalidad y, sobre todo, ausencia de velocidad en el juego. Busquets dio 47 pases buenos menos que ante el Milán y perdió más del doble de balones (11), lo mismo que Alba, que regaló 11. La recuperación rápida de la pelota, otra de las señas identitarias del Barcelona, brilló por su ausencia. Con respecto al duelo ante el Milán, solo Alves mejoró sus prestaciones en ese campo. El resto, suspenso.

Que el Barça perdió su hoja de ruta contra el PSG lo demuestran los números de Víctor Valdés. El portero paró hasta siete balones al conjunto de Ancelotti. En el partido frente al Milán tan solo tuvo que intervenir en dos ocasiones. Xavi, Iniesta y Busquets dieron más pases buenos y el portero no tuvo tanto trabajo.

¿La sombra de Mourinho?

L'Equipe especuló con que Mourinho habría mandado vídeos a Ancelotti con las claves para frenar al Barcelona. Sea o no cierta esa información, la verdad es que el técnico italiano consiguió someter al Barcelona durante varias fases de la eliminatoria. Le faltó más acierto de cara a portería.