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RACING DE SANTANDER

Ahsan Ali Syed: "Creo en mi Dios más que en mis abogados"

El empresario indio dueño del Racing responde con sorna en la página web de 'Vanity Fair' a la orden de arresto contra él recién emitida por la justicia en Barhrein.

El dueño del RACING, Ahsan Ali Syed.

La web de 'Vanity Fair' ha conseguido una entrevista con el dueño del Racing de Santander, Ahsan Ali Syed, tras la orden de arresto que contra él recién emitida por la justicia en Barhrein. El inicio del reportaje es una perfecta declaración de intenciones del empresario indio y demuestra su preocupación sobre la crisi que está soportando su club: "Se ríe al otro lado del teléfono. A carcajadas. Es evidente que no ha sido detenido, a pesar de que desde ayer pesa sobre él una orden de arresto. El empresario indio, acusado de fraude en varios países, responde desde la todavía sede de su empresa Western Gulf Advisory, con la que en 2011 compró el Racing de Santander...". Alí Syed es tajante en su primera declaración al periodista que le llama: "Déjales que me persigan. Yo rezaré. Veremos a ver qué es más fuerte, si su persecución o mis rezos”, afirma.

Como bien refleja 'Vanity Fair', Alí fue condenado en octubre de 2011 a devolver 3.627.000 dólares, más intereses, al empresario australiano Keith Johnson, que le había demandado en Bahrein. Johnson es el único de una larga lista de empresarios que ha llevado a Ali Syed ante la Justicia, a pesar de que al menos una docena de ellos asegura haber sido estafado por el indio. Ali, según las denuncias, prometía créditos millonarios en condiciones muy favorables a empresas con problemas por la crisis.  La orden de arresto emitida ayer es, supuestamente, el ultimátum para que cumpla con sus promesas. Pero Ali Syed declara abiertamente que esto no le "preocupa". Al menos, "no mucho", como apostilla. "Hay un proceso de apelación. Y hay jurisdicciones. Si la Justicia ordenara finalmente pagar algo, sería a la empresa, no a mí. Y yo no soy el dueño de la empresa. Ni siquiera tengo firma en la misma".

"Estoy bien aquí en Bahrein", añade."No he hecho nada malo, así que rezo a mí Dios para que me proteja de esta gente demoniaca. Creo en mi Dios más que en mis abogados”, afirma. Y añade. Mi negocio va bien. Todo esto es una persecución porque soy rico pero que al final del día Dios y la verdad prevalecerán".