Rakitic pasa por el altar a 48 horas del derbi ante el Betis

A muchos les extrañaba ver, en pleno centro de Sevilla, a los pies de la Catedral y a media tarde de un miércoles como ayer, a dos cámaras de televisión y dos esforzados fotógrafos con el punto de mira en una joven pareja que acababa de darse el 'sí quiero' y paseaba por la Avenida de la Constitución. La curiosidad general fue a más en cuanto algún futbolero avispado (¿quién no lo es en Sevilla y en una semana como ésta?) se dio cuenta de que Iván Rakitic, centrocampista del Sevilla, era quien iba trajeado y repeinado de la mano de la feliz novia. Así cazó también al croata, integradísimo en Sevilla, el oportunismo de AS.

No deja de sorprender que el croata, pieza clave en el esquema del Sevilla, haya dado un paso tan importante en su vida a pocas horas de uno de esos días en los que Sevilla se detiene para ver jugar a sus dos equipos. Rakitic no ha elegido mala época: primavera en Sevilla. Ole. Pero sí llama la atención su presencia en el altar y no en la Ciudad Deportiva, donde sus compañeros de equipo empezaban a preparar el partidazo de mañana ante el eterno rival. Quizás busque el sevillista ayuda divina para el derbi, congraciándose con Dios para ver si es posible purgar los pecados del Sevilla fuera de casa, donde pierde contra todos, los buenos, los regulares y los peores.

"Qué mejor regalo de boda que ganar mañana el derbi en el Villamarín"... habrá pensado el internacional por Croacia. Pero la realidad es que Rakitic, con permiso del club por supuesto, nunca pensó que la locura en la que se ha convertido el fútbol español iba a obligarle a casarse 48 horas antes de retar al Betis. Puede tener su gracia, porque Rakitic podría así completar dos semanas de ensueño: partidazo ante el Athletic, boda y toda una Feria de Abril a punto de comenzar. Pero claro, para que ésta sea plena, antes tendría que hacer otra conquista: Heliópolis.