El Mirandés arranca un punto a un estéril Barcelona B

El Mirandés logró arrancar en el Miniestadi un punto que puede acabar siendo clave para la permanencia en el desenlace liguero (1-1), ante un Barça B sin pólvora que añoró demasiado a Deulofeu y que, si bien rompió su racha negativa, acumula ya cuatro jornadas sin ganar.

La necesidad de victoria acuciaba a ambos equipos, que llegaban al partido tras sufrir tres derrotas consecutivas. El empate pareció satisfacer más a los burgaleses, para los que cada punto es oro y más si se logra ante el equipo más goleador del campeonato.

Pero sin Deulofeu, también máximo artillero de la categoría hasta la fecha, los azulgranas ya habían sido incapaces de perforar la red contraria ante Recreativo (2-0) y Huesca (0-1). Esta tarde, sólo un gran gol de falta de Luis Alberto consiguió erradicar tal sequía.

El Barça B añora a su mejor jugador y siente nostalgia de sí mismo. Su buen fútbol parece haberse tomado unas vacaciones anticipadas y al final acaba tirando más de corazón que de clarividencia. Dominaron el partido, pero sin tensión, con conducciones infinitas y con el factor sorpresa en paradero desconocido.

En un partido plano jugado a ritmo indolente en el primer tiempo, tampoco ayudó demasiado un Mirandés, que se dedicó a caminar de puntillas ante el león amansado, resguardado en la cueva, satisfecho ante la poca amenaza y sin sobresaltar demasiado a la bestia rival, no fuera que se desperezara.

Aún así, Dongou gozó de la ocasión más clara de su equipo al cuarto de hora, cuando recibió un balón en el corazón área, alzó la vista y mandó un disparo picado por encima de Goitia, que el larguero rechazó a pies de Luis Alberto. Koikili se cruzó providencialmente para evitar el gol del azulgrana.

El Mirandés apenas abandonaba su parcela de campo en la primera mitad. Pero aún así, pasada la media hora, Ilie se enredó con su propia sombra y Díaz de Cerio le robó la cartera. Demasiado lento ante Masip, se escoró y su disparo lo salvó Sergi Gómez en la línea.

Retirado Femenía con esguince de tobillo antes del descanso, fue en la reanudación cuando el filial halló un poco de luz. Primero en Dongou, que marró un cara a cara. Y, minutos después, con su elegancia habitual y un guante por pie, Luis Alberto lanzó una sensacional falta para adelantar a su equipo en el marcador.

Visto el panorama, podía ser más que suficiente. Pero cerca de diez minutos después, Mujika fusiló a Masip al recoger un balón muerto en un saque de esquina. El Mirandés, equipo menos goleador de Segunda, no es el único conjunto que ha encontrado petróleo en las lagunas defensivas del filial.

Empatado el choque, los burgaleses incluso pudieron dar la vuelta al marcador, cuando, en una falta en la frontal, Muneta incrustó el balón en el lateral de la red. El filial se lanzó al ataque y a Araujo le anularon un gol por fuera de juego.