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Racing

Héctor Yuste se lesiona y es seria duda para ir a Alcorcón

Sufre esguince de ligamento interno en un tobillo. Alejandro Menéndez está decidido a esperarle hasta última hora para poder subirle al autobús para jugar contra el Alcorcón.

Guillermo Adell, ante la mirada del doctor Mantecón, atiende a un afectado Yuste.
Nacho CuberoDIARIO AS

Pummm!!! Sonó como un choque de trenes. Un balón suelto por el que luchan Héctor Yuste y Gaizka Saizar en el que, para contrarrestar la ventaja del cartagenero, el vasco decide tirarse en plancha para tapar el trallazo de Yuste. Lo consiguió, pero con tan mala suerte que los dos fueron con todo y llegaron, cada uno a un lado del esférico, a la vez. El chut tremendo del centrocampista no consiguió mover el balón ni un centímetro ante la oposición del cuerpo estirado a ras de suelo de Saizar. El que se movió, para mal, fue el ligamento lateral interno del tobillo derecho de Héctor.

Desde el primer momento quedó claro que el esguince era el mal menor, el problema es que se produjo en el ligamento interno, más latoso a la hora de recuperar que el externo. Yuste abandonó inmediatamente la sesión para ponerse en las manos de Javier Ceballos, el jefe de los servicios médicos del Racing. En principio, el diagnóstico es que su presencia el próximo sábado en Santo Domingo, el campo del Alcobendas, es dudosa. Lo más probable es que hoy mismo sea sometido a una ecografía de control.

Héctor Yuste ha jugado de manera consecutiva como titular los últimos 15 partidos de Liga, desde que el 16 de diciembre Gay decidió alinearle como defensa central. Su acoplamiento al puesto, que solo abandonó el domingo contra el Elche para jugar de pivote, ha sido tal que es unánimemente reconocido como el jugador más en forma del equipo.

Por esa razón, Alejandro Menéndez está decidido a esperarle hasta última hora para poder subirle al autobús que trasladará a la expedición racinguista a Alcorcón. El trabajo de rehabilitación será, por tanto, contrarreloj.

Quini cuesta 200.000 euros 

Las cláusulas que impiden a un cedido jugar contra su club de origen están prohibidas por adulterar la competición. Liga y Federación se hacen trampas en el solitario y permiten cantidades desorbitadas como compensación en caso de que jueguen. La de Quini es de 200.000 euros.