El árbitro y un muy buen Valencia dejan al Atleti tercero

Dos estupendos equipos, un montón de choques y un árbitro que no se enteraba de qué iba la cosa. Nada muy sorprendente, pues. El Atleti se fue con la sensación de que tres minutos mágicos de Estrada Fernández le impidieron recuperar la segunda posición y el Valencia, pensando que si Courtois fuera un portero simplemente bueno, su fantástica primera parte le habría bastado para empatar con la Real Sociedad en zona Champions. Ni lo uno ni lo otro. Empatito y a seguir remando los dos.

Como si no hubieran tragado suficiente agua bajo el diluvio que frustró el esperado lleno del Calderón y convirtió cada balón suelto en una invitación a los coches de choque. Y claro, esto es España: si hay algo gratis, se apunta todo el mundo. Pero antes de que el partido se enmarañase, el Valencia dejó claro que los 15 puntos de diferencia entre ambos no son tantos en cuanto a talento. La defensa del Atleti salió con una torrija propia de las fechas y, a los dos minutos, Valdez no llegó de milagro a remachar en boca de gol un centro de Piatti tras error de Godín. A los 5’, Jonas no tuvo piedad. Recibió un centro de Pereira y marcó al segundo intento después de una patada al aire que se transformó de pifia en regate ante el desconcierto de Miranda.

Pero el Atleti respondió como si a cualquiera de nosotros nos pide una cita Scarlett Johansson: adelante sin titubear. Un minuto tardó en empatar. Arda jugueteó un rato en la esquina del área antes de meterle un pase medido a Falcao, que remató de primeras. Herida suturada y el colombiano hacía otra muesca en su cabecero: ya sólo le queda marcar al Levante y el Celta de todos sus rivales en la Liga. El resto de su partido no fue para enmarcar, pero sí se apreció en él cierto despertar primaveral. Ya toca.

El 1-1 no alteró al Valencia, amo y señor del balón hasta el descanso. Banega estaba en uno de esos días en los que sólo piensa en fútbol y, cuando los planetas se alinean y eso sucede, es un centrocampista soberbio. Por delante, Jonas y Piatti sembraban el caos en la habitualmente impecable defensa rojiblanca. Sólo Valdez, que parece abocado al papel de revulsivo, desentonaba un poco. Además, la lesión de Arda, previa falta ni pitada de Pereira, dejó ciego al Atleti. Nadie más ve lo que no es obvio.

Por desgracia para el Valencia (y el resto de Primera) el Atleti le sigue haciendo el tocomocho al Chelsea para que le preste a Courtois. El belga es un portero excepcional. Lo sufrió primero Parejo en una falta que caía a plomo hacia la red y, en el 34’, Piatti y Jonas en una doble parada de esas que desesperan a cualquier rival. Por si fuera poco, entre medias Valdez sacó con la espalda un remate a bocajarro de Guardado. Los de Valverde se fueron al vestuario intuyendo que no era su noche.

Y la segunda parte reforzó su teoría. El Atleti se desperezó gracias a Diego Costa y Koke y Alves empezó a trabajar, sobre todo en un cabezazo picado de Godín. Entre el minuto 60 y el 63, actuó Estrada: no pitó una falta clara de Ricardo Costa cuando Diego Costa se iba hacia el área, luego perdonó la segunda amarilla a Parejo y remató obviando un penalti por mano evidente de Jonas. Para que el Valencia no se sintiera despreciado, se tocó unos bisese: perdonó una tarjeta a Gabi por zancadilla sin balón a Pereira y le birló un córner postrero que vio hasta un señor que ya había apagado la tele. Qué desastre. Buen partido, mal árbitro y a dormir magullados.