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Sacheri: "El fútbol reproduce la vida en pequeña escala"

Eduardo Sacheri, uno de los más prestigiosos escritores argentinos, es coguionista de Futbolín, la última cinta de Campanella que, en julio, se estrena en España.

Eduardo Sacheri.
Claudio Bejarano

¿Le suena extraño el término futbolín, como se le llama al metegol en España?

Fue una de mis primeras sorpresas. Creía que metegol era término mundial. Pero es acá. Futbolín en España, taca-taca en Chile, futbolito en México...

¿Cómo nació 'Futbolín'?

Gastón Morales, el productor, contactó con Campanella con la idea de un largo inspirado en un cuento de Fontanarrosa. Digo inspirado y no adaptado porque el cuento, Memorias de un wing derecho, es muy breve. Tiene una idea brillante: un jugador de metegol está vivo, piensa, siente. Pero es la idea, no hay trama. Juan me dijo: "Hagamos un guión". Había que generar una aventura de 90 minutos. Los personajes, jugando al fútbol, aprenden mucho más de la vida que del propio fútbol.

Usted, admirador del Barça, ¿cómo convive con un hijo fanático del Madrid y Cristiano?

Mi hijo sigue a Cristiano desde el Mundial 2006. En la familia hay que aceptar ciertas cosas, je. Siendo los dos muy de Independiente, está bueno que nos podamos jorobar en un tema mucho menor como un fútbol mejor pero más ajeno.

¿Lo ven en armonía?

Sí. Nos gastamos bromas, pero vemos los partidos juntos. A mí me encanta este Barça, pero si pierde, no me voy a quedar toda la noche desvelado. Con Independiente me pasa...

¿Aburre el fútbol español?

En este momento no me parece divertido. Me gusta ver a los españoles en la Champions, porque la medida para ellos es esa. Algo debería ser corregido en el fútbol español porque es aburrido para los demás.

¿A Campanella le gusta el fútbol?

No tiene ni idea. A veces envidio a esa gente. Si te gusta mucho, siempre sufrís. Él los domingos por la tarde vive feliz.

¿El fútbol es una herramienta importante en una historia?

Literariamente está bueno como telón de fondo. Se cuenta solo. Por ejemplo, Papeles en el viento, ¿es novela de fútbol? No. Hay tres amigos tratando de sortear la muerte del cuarto. Hablar de eso en abstracto es muy difícil. Pero con el fútbol detrás, es mucho más fácil.

En 'El secreto de sus ojos', la persecución en la cancha de Huracán no estaba en la novela. La pidió Campanella...

Porque a Campanella le gustaban mucho mis cuentos de fútbol. Y tenía ese deseo de meter de algún modo en la película la pasión del fútbol, el compromiso, el amor desbocado. El tenía en su cabeza esa escena maravillosa: la persecución en un estadio durante un partido. A partir de esa necesidad, viene toda la construcción para que al tipo lo terminen agarrando ahí.

¿Le inspira el fútbol?

El fútbol me ofrece una reproducción de la vida en pequeña escala. Con sus reglas, sus códigos, azares, objetivos y fracasos. Naces y mueres, triunfas y fracasas. Su enorme ventaja es que en seguida vuelve a crecer. El fútbol además nos exhibe, nos quita las máscaras.