El Athletic de Bilbao abre el debate para su futuro técnico

El final de temporada será vertiginoso para el Athletic, que, además de encontrar la estabilidad deportiva con una clasificación holgada, necesita acelerar el tránsito hacia una campaña diferente, la del cambio de San Mamés. Un ciclo nuevo. Los leones estrenarán campo en septiembre (aunque solo en sus tres cuartas partes porque una de las tribunas tardará todavía un curso completo en levantarse) y no hay constancia de quién será el inquilino del banquillo del nuevo San Mamés. Bielsa ha sido la apuesta de Urrutia durante sus dos primeras temporadas al frente de la junta directiva y ahora que llega al ecuador de su mandato está obligado a volver a mover ficha. El club maneja varias alternativas para el banquillo, aunque todavía no ha establecido ningún compromiso.

Bielsa mantiene la confianza de buena parte de la junta. Las declaraciones del vicepresidente Corres sobre la limitación del crédito del argentino parecieron poner en duda su futuro, pero en el club reaccionaron con rapidez y taponaron la fuga de agua. Corres no ha vuelto a aparecer con declaraciones en público.

La exigencia del entrenador argentino, celebrada por los que juegan y sienten que mejoran cada día, pero cuestionada por los que se consideran desplazados, mantiene a la plantilla en estado de alerta permanente. En una etapa de bonanza, como la vivida el pasado año, la rutina espartana del entrenador se valora en clave de excelencia y ahora, cuando los puntos son más necesarios, hay quien vislumbra un punto de agotamiento.

La dirección deportiva ha abierto un periodo de reflexión con todos los aspectos que han rodeado estas dos campañas de Bielsa. Y las conclusiones serán muy tenidas en cuenta a la hora de decidir quién será el responsable técnico del primer equipo.