El Huesca logra un triunfo vital a costa de un mermado filial

El Huesca no ha desaprovechado la oportunidad de sumar un triunfo vital (0-1) en su lucha por salir del descenso e hincó el diente a un irreconocible filial azulgrana, mermado por las numerosas bajas con las que acudió al partido.

No había mejor ocasión para los oscenses para sacar petróleo del Miniestadi. Hasta diez ausencias acumulaba el Barcelona B, que tuvo que alistar a cuatro juveniles para completar su banquillo.

Bajas clave como Sergi Roberto por sanción o Deulofeu y Muniesa, ambos concentrados con una selección española sub-21 que Planas tuvo que abandonar lesionado. Engrosó el central una enfermería que ocupan otros hombres como Lobato, Grimaldo y Juste. Y, además, Portugal también había llamado a Ledes, Cá e Ié.

Fuera por esa razón o no, lo cierto es que el filial no pareció él mismo. O solo en parte. No hubo rastro de su cara más brillante, la de conjunto más goleador de Segunda, con Deulofeu al frente.

Sobre el césped solo se vio su cruz, la de las lagunas defensivas. Con un ritmo de juego espeso y tosco, su desconexión general hizo excelso el primario planteamiento del Huesca. D''Alessandro plantó dos líneas compactas, cerró compuertas y aguardó al contragolpe. Sin chispa alguna, la gris certidumbre se contagió entre los locales.

Los oscenses incluso se pudieron permitir perder a los trece minutos a Nacho Novo por un golpe en la espalda, sin que ello fuera demasiado lamento. Y su primer disparo a puerta les bastó para encarrilar el partido en el primer tiempo.

A falta de diez minutos para el intermedio, una cadena de errores de colocación y concentración del Barça B desembocó en el gol de Borja, definitivo a la postre. El gallego Juan Carlos, que había sustituido a Novo, condujo el esférico en inexplicable soledad hasta la frontal y su disparo impactó de pleno en la cruceta, ante la mirada de Oier. El rechazo lo recogió Jorge, sin marca, que centró con suavidad para que Borja, sin oposición tampoco, rematara a placer bajo palos (0-1).

El mismo Borja rozó el segundo tras la reanudación. El Barça B dominaba cada vez más, pero sin mucho peligro, solo en lanzamientos de falta de Luis Alberto. Especialmente, uno que Luis García salvó ''in extremis'', con la duda de si el balón pudo sobrepasar la línea.

Lanzado al ataque, el filial pudo haber empatado de penalti, después de una confusa acción del joven delantero camerunés Dongou con el central Echaide. El lanzamiento de Lombán se estrelló con violencia en el larguero.

Los cambios eran una muestra de lo que iba a ser el desenlace. D'Alessandro retiraba al goleador Borja para reforzar una defensa menguada por la lesión de Helguera, mientras que Eusebio colocaba a Femenía, Araujo y el debutante Pol Calvet en busca del empate a la desesperada, con un Rafinha capitaneando las embestidas continuas.

Pero la angustia nunca ha sido buena compañera de viaje en la filosofía azulgrana. No sin acabar sufriendo, el Huesca celebró con euforia su cuarta victoria a domicilio. Una de esas que pueden acabar sabiendo a puro oro en las prisas del tramo final de liga.