El Espanyol se estrena con victoria ante el Atlético

Hubo ocasiones de todos los colores en las dos porterías, jugadas de gran calidad y espectáculo, mucho espectáculo en el partido que disputaron Atlético de Madrid y Espanyol en el Pabellón Municipal de Torres de la Alameda. Pero la jornada dejó a uno y otro equipo en situaciones totalmente opuestas. Por un lado el Espanyol, que la temporada pasada apenas había sido capaz de sumar un punto, debutó en la presente campaña con una amplia victoria y la sensación de contar con un bloque sólido y físicamente muy fuerte. Por el otro, el Atlético de Madrid volvió a caer y, con ésta, ya son dos derrotas en dos partidos, lo que le complica la clasificación para los play-off por el título.

El Atlético de Madrid sacó toda su artillería desde el primer minuto e inició el acoso de la portería defendida por Raúl Arribas, con el objetivo de hacerse con las riendas del marcados y evitar otro tropiezo como el de hace una semana en Valencia (19-12). Así fue como en los cinco primeros minutos las mejores ocasiones salieron de las botas rojiblancas. Manolo Alfaro tanteó dos veces con sendos disparos la fiabilidad del portero del Espanyol y Gaby Moya estrenó la cuenta con una gran jugada individual por la banda izquierda que acabó con un disparo casi sin ángulo desde la esquina de córner. Sin embargo el empuje del Atlético sólo duró lo que estuvo Moya en el campo. El goleador madrileño se ausentó unos minutos debido a unas molestias físicas y eso lo supo aprovechar muy bien el Espanyol para remontar y poner tierra de por medio en el marcador.

Uno tras otro los goles fueron llegando para el conjunto blanquiazul, algunos de bella factura como el zurdazo desde media distancia que Toni Velamazán mandó a la escuadra para hacer el 1-3, o el 1-5 firmado por Marc Callicó picando el balón por encima del Mono Montoya. El Espanyol pudo incluso haber marcado más goles de no ser por algunas intervenciones de mérito del guardameta rojiblanco. La entrada de Moya de nuevo en el campo sirvió para que el Atlético de Madrid recortara distancias antes de marcharse al descanso (2-7).

La segunda mitad arrancó siendo un calco de la primera. El Atlético no estaba dispuesto a bajar los brazos y, sin darse por vencido en ningún momento, pisó el acelerador. Ríos avisó primero con un disparo al palo y acortó diferencias después marcando el 3-7. El Espanyol, por su parte, se dedicó a aprovechar la que en la primera mitad había sido su mejor arma: el contragolpe. Así fue como los minutos fueron pasando, con un Atlético que no renunciaba a nada y un Espanyol que tampoco estaba dispuesto a dejar escapar la oportunidad de firmar su primera victoria en la Liga Fertiberia. Por mucho que el Atlético lo intentaba, con Cubillo y Rubio como principales puntales, el Espanyol no se arrugó y sacó músculo en los momentos clave. Y así, convertido el partido en un correcalles, los goles fueron intercambiándose en el marcador en un tira y afloja constante entre ambos equipos del que los espectadores fueron los grandes ganadores, ya que disfrutaron del espectáculo de ocasiones, jugadas individuales y remates que brindaron Atlético de Madrid y Espanyol en Torres de la Alameda.